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A las 7:30 de este domingo, un grupo jóvenes, niños y adultos de varios barrios de Caacupé se juntaron para dar una sorpresa a una de las chiperas más antiguas de la Villa Serrana.
Lucía Riquelme, oriunda del barrio Daniel Escurra, se dedica desde hace más de 30 años a la elaboración y venta de chipa frente a la basílica de Caacupé.
Entre lágrimas y con una amplia sonrisa, Lucía recibió muy emocionada al grupo de personas que le compraron toda la chipa que tenía preparada en su canasto.
“Los domingos me suelo quedar hasta las 12:00 del mediodía esperando que compren mi chipa. Hoy, después de muchos años voy a poder ir a almorzar temprano a mi casa. Agradezco mucho que me regalen este momento de alegría”, expresó Riquelme.
Desde hace un tiempo, varios chiperos del interior del país están pasando por una situación difícil, debido a la suba del precio de los ingredientes para la elaboración del alimento.
La inflación de la canasta básica hizo que Lucía Riquelme se instale incluso entre semana frente al santuario con la esperanza de mejorar sus ventas, ya que ese trabajo es su único sustento.
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Batallón de Amor
El grupo de jóvenes, niños y adultos de Caacupé es denominado “Batallón de Amor”. Los mismos trabajan sin fines de lucro, sin el apoyo de ninguna autoridad, con el objetivo principal de brindar apoyo a quienes lo necesiten.
La actividad solidaria será realizada cada fin de semana para personas que estén en una situación complicada y que requieran de apoyo.