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En los últimos años, el avance del feminismo permitió cambios de paradigmas en muchos ámbitos. Mejoras en las leyes y avances significativos de equidad en el acceso a la educación y en ámbitos laborales.
Al mismo tiempo, también cambió las dinámicas de relacionamiento. En el Día Internacional de la Mujer, reflexionamos sobre ese aspecto con la psicóloga María Paz Moreno, integrante de la organización feminista PsiCoFem Py.
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Según Moreno, el feminismo desafía los estereotipos de género en la distribución de tareas del hogar y el cuidado de los hijos. “Existe ahora una expectativa diferente sobre cómo debería ser una relación de pareja desde una perspectiva feminista”, señala.
Históricamente, las mujeres enfrentan una distribución desigual de responsabilidades, lo que limitaba su independencia económica y proyectos personales. Esto se intensifica cuando la mujer se convierte en madre y debe encabezar las tareas de cuidado.
Uno de los cambios más significativos que llegó con el avance del feminismo es la visibilización de la violencia dentro de las relaciones.
“El feminismo ha permitido identificar que la desigualdad en la distribución de tareas también es una forma de violencia”, explica la psicóloga. Además, habló del amor romántico e indicó que trae consigo la creencia de que “el amor todo lo puede” y que, una vez casadas, las mujeres deben tolerar cualquier situación por el bienestar de la pareja.
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Feminismo y los beneficios para los hombres
La redefinición de las relaciones no solo afecta a las mujeres. “Para los hombres, tradicionalmente, ha existido la exigencia de proveer y proteger”, menciona Moreno.
Esta expectativa puede ser una carga psicológicamente pesada, especialmente en situaciones de desempleo o crisis económica. “El feminismo propone una distribución equitativa de responsabilidades, liberando tanto a hombres como a mujeres de roles rígidos”, plantea.
A pesar de ello, algunos hombres perciben estas transformaciones como una amenaza. “El feminismo no busca eliminar a los hombres, sino permitir una convivencia más equitativa”, aclara la especialista en ese sentido.
La resistencia masculina se debe, en parte, a que los cambios desmantelan una estructura que antes los beneficiaba en ciertos aspectos. Sin embargo, señaló la psicóloga, deben ver también la importancia de la distribución equitativa de responsabilidades.
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Matrimonio y nuevas elecciones de vida
A nivel global, cada vez más mujeres eligen no casarse ni tener hijos, una tendencia que comienza a observarse también en Paraguay. “Esto se debe a la posibilidad de romper con el mandato social de que el único camino para una mujer es el matrimonio y la maternidad”, indica Moreno.
Anteriormente, aquellas que decidían priorizar su desarrollo profesional o personal eran estigmatizadas. Sin embargo, hoy existe mayor aceptación social y más oportunidades para quienes eligen caminos diferentes. “El feminismo ha dado lugar a proyectos de vida más diversos y ha promovido la independencia de las mujeres”, subraya la psicóloga.
Crianza feminista y bienestar emocional
En el ámbito de la crianza, el feminismo también trae cambios importantes. “Se busca armar redes de cuidado en lugar de que todo el peso recaiga en una sola persona”, explica Moreno.
Además, se fomenta la igualdad de oportunidades desde la infancia, permitiendo que niños y niñas exploren sus intereses sin limitaciones de género.
En cuanto a la salud mental, el feminismo es una herramienta clave para muchas mujeres en pareja. “Permite identificar y confrontar microviolencias antes de que escalen a situaciones más graves”, sostiene.
Asimismo, ayuda a redefinir la forma en que se construyen las relaciones, alejándose de patrones tradicionales dañinos.

Cómo mejorar la relación de pareja de manera equitativa
Para la especialista, no existe una fórmula mágica para construir relaciones sanas, pero destaca la importancia del diálogo y la flexibilidad. “No hay un manual único, sino que cada pareja debe aprender a negociar, a escucharse con empatía y a respetar las diferencias”, afirma.
La clave es crear acuerdos que permitan a ambas personas desarrollarse, sin que una deba renunciar a sus sueños y aspiraciones.
Finalmente, la psicóloga alienta a quienes buscan relaciones alineadas con los valores feministas a no ver el feminismo como una amenaza, sino como una herramienta para mejorar la convivencia.
“Las personas cambiamos, hay que abrirse a negociar las cosas, ser flexibles y reconocer que con el tiempo aprendemos que, capaz, cosas que hacíamos antes, ahora ya no son tan buenas. Eso, ligado a la escucha y la ternura, es lo que propone el feminismo. El feminismo nos sirve para relacionarnos de forma más sana y, sobre todo, de forma menos violenta”, concluye.