El padre Adrián Centurión ofició la misa de las 9:00 en el santuario de Caacupé. En su prédica resaltó que es muy importante que en estos días las familias hagan un llamado a la oración, a la reflexión y a ser más solidarios no solo con la gente cercana, sino también con el prójimo que está afuera.
Explicó que en la misa del inicio del tiempo litúrgico de la Cuaresma se impone la ceniza, que es un símbolo sacramental que nos invita a la conversión y que nos recuerda que el hombre “es polvo y que al polvo volverá”.
En la jornada se pudo observar una importante participación de estudiantes y de las familias quienes acudieron al santuario y luego pasaron a ponerse la tradicional ceniza en la frente.


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La Cuaresma corresponde a un tiempo penitencial, que invita a la oración y la conversión
El miércoles de ceniza y el Viernes Santo son días de ayuno y de abstinencia. En ese contexto en la tradición de la religiosidad popular de nuestro país no se debe comer carne. Sigue esa prohibición para el católico, pero para aquellos que no quieran cumplir, pueden reemplazarlos con actos de caridad como visitar al enfermo, donar algo a una institución caritativa o rezar por la conversión personal.
La cuaresma recuerda los 40 días que se retiró Jesús a la montaña para orar antes de iniciar su misión salvadora.
¿De dónde proviene la ceniza que se utiliza hoy?
La ceniza que se utiliza hoy proviene de la hojas del pindó que se usó el año pasado en el Domingo de Ramos. Estas hojas se queman, se le pone unas gotas de agua y se bendice. Normalmente la imposición de la ceniza se realiza al término de la misa. Y una vez bendecida la ceniza, los acólitos o diáconos pueden imponerlos en las capillas. Los fieles lo reciben en la frente mientras que los consagrados en la cabeza.
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