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Muchos padres deben enfrentar una situación de estrés por parte de sus hijos el primer día de clases. Los más pequeños, por lo general, lloran porque no quieren quedarse en la escuela, y en el caso de los más grandes podrían padecer episodios de pánico. Richard Salerno, psicólogo, explica por qué ocurre y cómo evitarlo.
La ansiedad se convierte en una situación de incertidumbre para los niños, especialmente los más pequeños.
Un niño de dos años experimentará más angustia ante la separación que uno de cinco años, por el desarrollo evolutivo y sus experiencias.
“Es normal que los niños presenten ansiedad cuando experimentan situaciones nuevas. Se presenta como malestar, angustia, tristeza, miedo intenso o llanto”, explicó.
Cómo incide la personalidad de cada niño
- Extrovertido: lo vive como una aventura
- Introvertido: experimenta calma en ambientes conocidos
El profesional recomienda organizar con tiempo todo lo que el niño llevará a la escuela y que forme parte de la preparación, con entusiasmo y alegría. “El lenguaje no verbal es lo que más le ayuda”, refirió.
También es importante que el niño pueda conocer la institución educativa a la que irá, antes de que se inicien las clases, así como a los docentes.
“El cerebro de un niño necesita tiempo para adaptarse a nuevas situaciones, en un ambiente socio-emocional respetuoso, en calma, afectivo y contenedor”, indicó.
Incorporar hábitos de rutina
- Antes del inicio de clases es importante incorporar rutinas, como la del sueño, para que el cambio no sea muy brusco
- Mantener situado al niño en el presente e involucrarlo en la preparación de útiles, merendero, mochila y uniforme
- Hablarle de manera positiva para situarlo en un ambiente de mayor calma, lo que reduce la ansiedad
Juguete de transición
“Cuando el niño tiene entre cuatro y seis años, por lo general, tiene un juguete favorito y eso podría ayudar como un objeto de apego que le dará más seguridad de manera transitoria y son conocidos como objetos transicionales, porque ayudan al niño a transitar por ese ambiente nuevo con un elemento conocido al que se apega de manera positiva y con el que siente seguridad y tranquilidad”, especificó.
Instó a los padres a que eviten enfadarse con los niños, porque es una situación que pasará y establecer rituales de despedida, como un abrazo, explicar que al final de las clases se volverán a ver, que estará bien con sus compañeros y que la maestra tome el control de la estabilidad emocional del alumno.
Evitar mirar hacia atrás al alejarse o espiar por la ventana. Con el paso de los días es importante reforzar con palabras que el niño lo está logrando.
