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La precipitación fue tan localizada que, mientras en otros distritos del departamento de Ñeembucú no cayó ni una gota, en la comunidad de Laguna Itá, del distrito de San Juan Bautista de Ñeembucú, se registraron 90 milímetros de agua en solo 40 minutos, según informó la profesora Noemí López
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La torrencial lluvia agravó el ya complicado estado de los caminos en Laguna Itá, dificultando el tránsito de los pobladores y, especialmente, de los camiones transganado que utilizan esta ruta para el transporte de ganado vacuno. Ante la imposibilidad de avanzar, los conductores solicitaron la presencia de una máquina pesada para ser remolcados y poder salir del lugar.
“Fue una lluvia intensa y repentina. Llevábamos meses sin precipitaciones y ahora esto”, comentó uno de los choferes afectados. La situación pone en evidencia la vulnerabilidad de la infraestructura vial en la zona, especialmente en épocas de lluvias, ya que los caminos de tierra se convierten rápidamente en intransitables.
Reclamos por promesas incumplidas
La docente Noemí López manifestó su indignación ante la falta de cumplimiento de las promesas realizadas por las autoridades. “No se cumplió con nosotros, con nuestro pedido de levantamiento de terraplén para un tránsito continuo y sin problemas. El gobernador (Víctor Hugo Fornerón, ANR) aseguró que este año se incluyó en el presupuesto, pero hasta ahora no sabemos si van a cumplir”, expresó.
El mal estado de los caminos no es un problema nuevo para los pobladores de Laguna Itá. En octubre del año pasado, ciudadanos de Ciervo Blanco, Otazú y Laguna Itá, todas del distrito de San Juan Bautista de Ñeembucú, realizaron una manifestación en el Kilómetro 30 de la ruta PY19 para exigir caminos de todo tiempo a las autoridades nacionales. Incluso, en mayo de 2024, varios pobladores caminaron siete kilómetros por el agua durante una inundación para reclamar la misma demanda.
Impacto del cambio climático
Este fenómeno natural pone de relieve las desigualdades en la distribución de las lluvias en Ñeembucú, una situación cada vez más frecuente debido al cambio climático.
Mientras Laguna Itá recibió una cantidad importante de precipitación en poco tiempo, en otros distritos no se registraron lluvias. Esta variabilidad extrema acentúa las dificultades en las comunidades rurales que dependen de caminos de tierra para sus actividades cotidianas y económicas.
El pedido de los pobladores es claro: la construcción de un terraplén que garantice el tránsito continuo y seguro, sin importar las condiciones climáticas. La atención ahora recae sobre las autoridades departamentales y nacionales, de quienes se espera una respuesta efectiva ante las necesidades de estas comunidades afectadas.