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La comunidad católica de Villarrica celebró hoy con gran júbilo la toma de posesión de Monseñor Miguel Ángel Cabello como nuevo obispo de la Diócesis de Villarrica del Espíritu Santo, que abarca los departamentos de Guairá y Caazapá. Su llegada marca el fin de casi tres años de vacancia en la sede episcopal.
El recibimiento tuvo lugar en la entrada de la ciudad, donde fieles y autoridades locales dieron la bienvenida a monseñor Cabello. Acompañado por una caravana, recorrió las calles de Villarrica saludando a la multitud que salió a su paso para expresar su alegría y devoción.
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A su llegada a la Catedral de Villarrica fue recibido por importantes figuras eclesiásticas, entre ellas el primer cardenal paraguayo y arzobispo de Asunción Adalberto Martínez y el nuncio apostólico del Vaticano en Paraguay, monseñor Vincenzo Turturro; el presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya, Mons. Pedro Jubinville, el obispo de Caacupé, Mons. Ricardo Valenzuela, entre otros pastores. Ingresó al templo impartiendo su bendición a los presentes, antes de dirigirse al altar para prestar su juramento de fidelidad.
Tras asumir oficialmente su cargo, monseñor Cabello celebró su primera misa como obispo de la diócesis. Durante su homilía, expresó su gratitud al Papa Francisco por haberle confiado esta misión pastoral y destacó la relevancia histórica y espiritual de Villarrica y Caazapá dentro de la Iglesia en el Paraguay.
Recordó que la Diócesis de Villarrica del Espíritu Santo fue una de las primeras en separarse de la Arquidiócesis de Asunción en 1928 y resaltó la importancia de figuras religiosas como la beata María Felicia de Jesús Sacramentado, símbolo de fe en Villarrica, y la misión del Fray Luis de Bolaños en Caazapá.
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“Vengo con humildad y generosidad a ponerme al servicio de ustedes; quiero ser también como se atribuía a Jesús en el Evangelio de San Juan, un buen pastor hasta dar la vida por las ovejas. Poco a poco nos iremos conociendo, que ustedes me conozcan a mí y yo a ustedes, sus familias, sus comunidades con sus logros, preocupaciones, anhelos y esperanzas. Al obispo le corresponderá enseñar, santificar, regir y pastorear; ojalá pueda ser ese pastor con olor de oveja, como desea el papa Francisco”, dijo el nuevo obispo.
“En esta misión evangelizadora es fundamental el anuncio de la verdad, por eso elegí también como lema la misma expresión de Jesús “Veritas Liberabit Vos” (La Verdad les hará libres), porque no hay peor esclavitud que vivir en la mentira, en la falsedad. El hombre es perjudicado cuando no hay adecuación entre el pensamiento y la palabra, o peor aún, entre lo que dice y lo que hace. La persona se construye auténticamente solo en la verdad”, acotó.