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El Hospital General de Coronel Oviedo es promocionado por el Gobierno Nacional como uno de los más modernos del país y que con su funcionamiento se descongestionarán los centros asistenciales de alta complejidad de Asunción y Área Metropolitana. La obra, iniciada en 2021, está presupuestada en G. 155.000 millones.
La construcción fue encargada al consorcio conformado por Jiménez Gaona, Lima SA, Itasa, Proel Ingeniería y M.M.S.A.
Sin embargo, su terminación quedó incierta debido a que los responsables del proyecto, el Ministerio de Salud Pública, Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) y el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), pretendieron que las aguas residuales del hospital, supuestamente tratadas, sean vertidas al río Tebicuarymí.
Al comenzar la construcción del Hospital General de Coronel Oviedo, el MSPBS, el MOPC y Mades, anunciaron que tendría una planta de tratamiento de efluentes de última generación. El sistema proyectado prácticamente iba a potabilizar el agua y, aunque no sería bebible ni apta para el consumo humano, podría ser reutilizada para diversos menesteres, como el riego de plantas o cultivos, por ejemplo, según habían explicado.
Los reservorios de la moderna planta de tratamiento iban a ser construidos en un predio que corresponde a un campo comunal situado detrás de la megaconstrucción para el “gran hospital”.
El cambio
Sin embargo, supuestamente no se completaron los requisitos exigidos por el Mades para ejecutar el plan inicial, cuyas especificaciones en ningún momento se dieron a conocer.
Ya durante la construcción se estudió mejor la forma de disposición de los desechos y se pensó en el río Tebicuarymí.
Entre las opciones de tratamiento de los residuos líquidos se manejó llevar el agua a las plantas de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap), pero por alguna razón desconocida se decidió descargarla directamente al río Tebicuary, mediante una red de cañerías desde el hospital hasta el canal del cauce hídrico.
Las obras de instalación de las cañerías comenzaron en octubre y recién en diciembre la ciudadanía se enteró de la finalidad de los trabajos de ingeniería que se llevaban a cabo.
La reacción no se hizo esperar, y la población realizó una gran manifestación para expresar su total rechazo a la intención.
Autoridades comunales, incluyendo al intendente Marcos Benítez (ANR-HC), se adhirieron a las protestas. Ante nuestra consulta, el jefe comunal declaró que la Municipalidad no fue informada sobre las obras y que se enteraron del avance de los trabajos por la oposición de los ciudadanos.
“Socialización” tardía
Recién luego de la manifestación de los ciudadanos, responsables del Ministerio de Salud y de la empresa explicaron que el proyecto consistía en extender 15 kilómetros de cañerías hasta el sector oeste del puente sobre el río Tebicuarymí, en la ruta PY08.
Si se concretara, afectaría directamente a distritos del Guairá, como Tebicuary, Tebicuarymí, Félix Pérez Cardozo, entre otros.
El argumento de los técnicos de la empresa y de los responsables del hospital es que el agua se desecharía a aproximadamente 200 metros aguas abajo del punto de succión del vital líquido que la Essap distribuye a Coronel Oviedo y a los distritos de Guairá.
El caudal del río se reduce en temporadas de sequía y, en épocas de crecida, se desborda. Por estos y otros factores, a la ciudadanía no le convencieron los argumentos. Además, existe una total desconfianza de que el agua quede potable y temen que, cuando el filtro o alguna parte del sistema de tratamiento de las aguas servidas del hospital sufra desperfectos, se viertan al río los desechos totalmente contaminados y que, como es costumbre, el Gobierno tarde meses en realizar la reparación, de modo que durante todo ese tiempo el río, aguas abajo, esté totalmente poluido con los “líquidos hospitalarios”.
Durante una socialización que se hizo en diciembre, tras la reacción ciudadana, los encargados de la obra manifestaron que para el desecho de las aguas residuales del hospital se tiene que hacer sí o sí en un cauce hídrico grande, que fluya o tenga movimiento de agua. No se puede desechar en piletas cuyas aguas estén estancadas.
La ciudadanía sugirió que se elimine en un arroyo que se llama Pasito, que cruza la ruta PY08, a unos dos kilómetros del futuro hospital. Sin embargo, los técnicos indicaron que esa fuente es pequeña y, en temporadas de sequía, se queda sin agua.
El Tebicuarymí
El río Tebicuarymí nace en las laderas del Ybyturuzú, en la zona del distrito de Paso Yobái (departamento Guairá), y es alimentado por varios otros arroyos hasta llegar al territorio de Caaguazú, específicamente Coronel Oviedo.
El cauce hídrico es divisoria natural de los departamentos de Guairá y Caaguazú. También baña territorios de los distritos guaireños de Félix Pérez Cardozo, Tebicuary y Tebicuarymí. Además, cruza por el departamento de Paraguarí hasta llegar al departamento de Misiones, específicamente Villa Florida, donde da nacimiento al Tebicuary, por ser más caudaloso.
Las dos plantas de la Essap
La Essap tiene dos plantas de procesamiento de agua potable en la cabecera misma del puente que cruza sobre el río Tebicuarymí en la ruta PY08. La primera planta, la más antigua, provee agua del río Tebicuarymí a los distritos guaireños de Yataity, Mbocayaty y a la capital del cuarto departamento, Villarrica.
La planta más nueva suministra el vital líquido potabilizado del río Tebicuarymí a la ciudad de Coronel Oviedo.
Aparte, al cruzar el río por los distritos de Félix Pérez Cardozo, Tebicuary y Tebicuarymí, la población de Guairá sería la más afectada si los desechos líquidos del hospital son arrojados al río, como se pretende.