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La madre y familiares de Gerardo Ramón Fernández Cuba, un joven de 20 años que fue víctima de un asesinato brutal en el distrito de Independencia, exige justicia y pide que el responsable enfrente el rigor de la ley.
El cuerpo sin vida de Gerardo fue hallado el lunes 13 de enero en una cuneta al costado del camino que conecta las compañías Planta Urbana y Carlos Pfannl. Según el informe forense, el joven murió tras recibir dos disparos en la cabeza, y su cuerpo fue parcialmente quemado en un intento por borrar evidencia.
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Gerardo supuestamente trabajaba como encargado de un prostíbulo en la Ruta PY10, en la entrada al pueblo de Melgarejo, donde también se encuentra la sede de la Municipalidad de Independencia. La familia del joven describió a Gerardo como una persona trabajadora y respetuosa, que no merecía un final tan cruel.
Los familiares solicitaron a la fiscal Noelia Soto, de la Unidad Penal Ordinaria N.° 4 del Ministerio Público, que profundice en los detalles del caso y explore el trasfondo real del asesinato. La familia considera que el argumento del presunto autor, quien afirmó que Gerardo le habría robado dinero, es insuficiente para justificar un acto tan atroz.
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También manifestaron su preocupación por la posibilidad de que el detenido reciba medidas alternativas a la prisión, como el arresto domiciliario, lo cual consideran una injusticia.
El detenido y su confesión
Júnior Rodrigo Ramírez Jara (21), empleado de una empresa minera en Paso Yobái, fue capturado el jueves 16 de enero como principal sospechoso del asesinato. Según el informe policial, Ramírez confesó el crimen, argumentando que Gerardo le habría robado G. 4 millones destinados a su empresa.
En su declaración, Ramírez relató que había contactado a Gerardo el domingo por la noche para solicitarle que consiguiera una trabajadora del prostíbulo. Posteriormente, los tres –Ramírez, Gerardo y la trabajadora– recorrieron Villarrica, compraron bebidas alcohólicas y se dirigieron a un motel.
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Luego de dejar a la mujer en el prostíbulo, Gerardo y Ramírez continuaron juntos en la camioneta de la empresa minera. Fue durante este trayecto que, según Ramírez, descubrió la supuesta desaparición del dinero que estaba en la guantera del vehículo.
La situación desencadenó una discusión, que terminó con Ramírez disparando a Gerardo en la cabeza.
Tras cometer el crimen, el sospechoso abandonó el cuerpo de la víctima en una cuneta, intentó quemarlo para borrar rastros y regresó a Paso Yobái como si nada hubiera ocurrido.
Sin embargo, las cámaras de seguridad que captaron la camioneta Nissan Frontier roja y el seguimiento de los movimientos del vehículo permitieron a la policía dar con su paradero.
El clamor de una madre desconsolada
La noticia del asesinato de Gerardo dejó a sus familiares y amigos desconsolados, contaron, por la violencia con la que fue ejecutado y el intento de ocultar el crimen.
La madre del joven, Carolina Fernández, entre llanto desconsolado, contó que se enteró del asesinato de su hijo mediante las publicaciones en medios de comunicación y redes sociales. Reconoció el cuerpo de su hijo solo por sus tatuajes y fue ahí que supo el trágico desenlace que acabó con su vida.