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Con una notable baja presencia de feligreses se lleva a cabo este domingo 8 de diciembre la misa central en honor a la Virgen de los Milagros de Caacupé. Rompiendo con los protocolos tradicionales, la imagen santa hoy ingresó a la plazoleta central en medio de bailes tradicionales y al son de música en vivo.
Debido a que se encuentra en el extranjero, el presidente Santiago Peña se ausentó este domingo de la misa central. En consecuencia, casi ninguna autoridad decidió asistir al encuentro religioso, contrariamente a lo habitual de cada año. Casi todas las sillas que son reservadas para ministros, parlamentarios y autoridades locales se encuentran vacías.
Solamente acudieron el fiscal general del Estado, Emiliano Rolón, y autoridades gubernamentales y municipales. No se presentó ni un solo parlamentario y el propio monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé, agradeció con ironía la presencia de autoridades en la misa.
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En su homilía central, monseñor Valenzuela hizo un llamado dirigido a ellos, los gobernantes y políticos en general. Habló sobre la falta de entusiasmo general, la desorientación y el desánimo que ve a nivel nacional en toda la Iglesia católica.
“Existen también gobernantes, parlamentarios y políticos capaces de reflexionar y vivir el mandamiento del Señor: amar al prójimo como a sí mismo. Que estas palabras encuentren eco en sus corazones. Les planteo hoy a cada uno, con ocasión del próximo Jubileo, una cuestión central: ¿de qué manera, en el delicado y comprometido servicio al Estado y a los ciudadanos, pondrán en práctica el cumplimiento de este mandamiento?”, consultó para la reflexión.
Monseñor consideró que la respuesta a esa consulta es muy clara: “Viviendo el compromiso político como un servicio. ¡Perspectiva tan cierta como exigente! Que no puede reducirse a una reafirmación de declaración de buenas intenciones, nada más. El servicio político pasa a través de un diligente y cotidiano compromiso que exige una gran competencia en el desarrollo del propio deber y una vida moral a toda prueba en la gestión desinteresada y transparente del poder”.
Cabe recordar que desde hace varios años el mensaje se divide en dos etapas en Caacupé. Luego de la misa, se lee una Carta al Pueblo Paraguayo, donde la Iglesia enfoca todas las críticas al Gobierno.
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Lamentó la pérdida de valores
La homilía hoy se centró en la celebración del Jubileo del año 2025 y sobre todo en la “necesidad de esperanza en muchos aspectos”. Monseñor hizo un llamado a la renovación de la fe y a esperanza para vivir la identidad cristiana como agentes de evangelización, ilusión y alegría.
“En los últimos veinticinco años hemos vivido, y estamos viviendo, una verdadera y penosa pérdida de valores humanos y cristianos”, agregó. Destacó que la sociedad y las autoridades de la Iglesia se encuentran en la difícil tarea de evangelizar y terminar desanimados por los “muy pocos frutos”.
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“La transmisión de la fe de unas generaciones a otras, que hace unos años la realizaba la familia y desde la familia como algo normal, hoy no la realiza, porque las familias se han descristianizado y no transmiten la fe a los hijos, porque los padres ya no son creyentes y, por lo mismo, no les preocupa la fe, ni la suya ni la de sus hijos, porque ellos mismos están viviendo al margen de ella, sin capacidad para acompañar a los hijos en la vivencia y valoración de Dios y en la vivencia de la fe en Él, simplemente porque nadie da lo que no tiene”, planteó.
Agregó, sin embargo, que se encuentra motivación en el testimonio de tantas personas que, a pesar de las dificultades actuales, siguen siendo verdaderos creyentes y agentes de evangelización. Mencionó a las familias y a los jóvenes evangelizadores que siguen luchando con fe.