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A un año de la guerra Israel-Hamás ¿cuál es la situación en el terreno hoy?
-Desde el punto de vista interno de Israel, el gobierno y las fuerzas de seguridad perdieron prestigio. Desde el punto de vista internacional, Israel también perdió prestigio. El aumento de antisemitismo es muy evidente a consecuencia de todo esto. También, es muy probable que sea el comienzo del fin del eje iraní o un debilitamiento del eje iraní.
Desde el punto de vista táctico: es probable que Hamás (milicia palestina) ya no gobierne más la Franja de Gaza y su capacidad bélica quede muy reducida ahora.
Genera preocupación el auge del antisemitismo a nivel global. ¿Qué debe hacer Latinoamérica ante esto?
- El antisemitismo nunca desapareció. Es un fenómeno que tiene dos mil años de historia. Lo que ocurrió después de la Segunda Guerra Mundial es que no era muy políticamente correcto decir que era antisemita. Y ahora la gente no dice que es antisemita, sino que te dice que es antisionista. Que es lo mismo que el antisemitismo con un poquito de cambio de palabra.
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Entonces, además, es diferente porque el antisemitismo antiguo lo promovían personas cristianas. Cuanto más cristiana era la persona en el pasado, más antisemita se era. Y ahora es al revés. Cuanto más cristiana es la persona, suele ser menos antisemita. Entonces, ¿quién es el que promueve el antisemitismo hoy? Existen especialmente dos factores y medio.
Uno es la inmigración musulmana en Estados Unidos y en Europa que viene con el antisemitismo de corte nazi que desarrollaron en el Medio Oriente. No es el antisemitismo de corte cristiano. Es más cercano al antisemitismo nazi. En segundo lugar, la extrema izquierda. Es más cercano al antisemitismo nazi.
El consenso internacional insta a mantener las embajadas en Tel Aviv y no en Jerusalén. Estados Unidos mudó la suya, Paraguay está próximo a volver. ¿De qué manera contribuye esta decisión con la solución al conflicto?
-El presidente Santiago Peña tomó una decisión ideológica y moral. Reconocemos el lazo del pueblo judío y la tierra de Israel. Reconocemos los lazos con Jerusalén. Si Israel decide nombrar como su capital a Jerusalén tenemos que respetarlo, como lo respetamos a otros países. Lo que quizás se conoce menos es que la decisión del presidente Peña y de otros países de pasar la embajada a Jerusalén es que fomentan la paz en Medio Oriente.
¿Paraguay no corre riesgo de ser blanco de ataques radicales con esta decisión?
- La ventaja que tiene Paraguay es que no es suficientemente importante para el foco internacional que quiere un terrorista. Si quieren hacerlo buscarán un país más rimbombante.
¿Israel perdió en la narrativa comunicacional?
-En principio sí. Pero luego muchos de medios de comunicación cambiaron su visión. Cuanto mayor comprensión tienen los periodistas y se involucran, se dan cuenta -por ejemplo- que en la teología islámica se puede mentir. La gran mayoría de los medios en Argentina tiene una línea muy clara que no es lo que veíamos antes, de demonización de Israel y los judíos; y en Paraguay también son muy responsables.
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¿Qué futuro ve a un alto al fuego entre Israel-Hezbolá? ¿Cree que sea duradero?
- Poquísimo (tiempo). El acuerdo al que se llegue es para que los demócratas (partido del saliente gobierno de Joe Biden en EE.UU.) no se vayan del poder con las manos vacías al entregar al mandato a Donald Trump. Benjamin Netanyahu (primer ministro israelí) tiene miedo que Biden, a su salida, le haga algo parecido al “regalito” que le dejó Barack Obama a Trump en 2017. Obama no vetó la resolución 2.334 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que dice que todos los territorios, los judíos de Samaria, se acordaran y estén ocupados. ¿Eso que es? Un castigo político a Netanyahu por haber rechazado el pacto nuclear con Irán. Y ahora no quiere Netanyahu que le haga lo mismo Biden.
¿Cómo se financia hoy Hezbolá?
- Hezbolá se mantiene desde el punto de vista económico con ingresos en el Medio Oriente y con ingresos en el extranjero. En el Medio Oriente: Irán, por ejemplo, le entrega gasolina a Siria para su central eléctrica. Siria, en vez de dar el dinero a Irán, se lo entrega a Hezbolá. Éste produce drogas. Ahora, en América Latina tiene dos fuentes de ingresos importantes. El primero es que en el islam tradicional tú debes donar dinero de tus ingresos anuales para beneficencia. Es obligatorio, no es una opción y esto se entrega a unos agentes de Hezbolá. Y lo segundo que hay es que, según un informe de la CIA, Hezbolá está lavando en América Latina de grupos narcos por valor de unos 500 millones de dólares.
¿Está documentado eso que menciona de Ciudad del Este?
- Sí, sí, totalmente.
Se dejó de hablar de los “Acuerdos de Oslo” (firmado en 1993 entre el Gobierno de Israel y la Organización para la Liberación Palestina para solución al conflicto) están “enterrado?
-No, no están “muertos”. A ver, Medio Oriente tiene hoy cuatro fuerzas políticas. Tienes al eje Irak, Siria e Irán. Tienes a dos países muy radicales islámicos que financian terrorismo, pero que no lo hacen de forma directa y que son: Turquía y Qatar. El tercero es un grupo radical islámico (Hamás, por ejemplo) y el cuarto grupo son los países sunitas (una rama del islam, la otra es chiíta) que se van moderando. Israel va a firmar un acuerdo de paz con Arabia Saudita en la nueva era Trump.
Entonces, en relación a los palestinos: Hamás representan a un grupo islamista radical y la Autoridad Palestina (Fatah) representa a los sunitas no radicales.
Pasa que la Autoridad Nacional Palestina (ANP, liderada por Fatah) es un organismo excesivamente corrupto, que además fomenta el terrorismo. No lo hace de forma ilegítima como Hamás, pero paga sueldos a terroristas y además es muy endeble. La Autoridad Palestina hoy está ahí porque Israel quiere.
¿Cómo está la relación entre las dos principales facciones palestinas Fatah y Hamás?
-Se odian.
¿Entonces Israel conversa con la Autoridad Palestina?
- Lo que pasa es que el gobierno actual de Israel considera que Mahmoud Abbas (presidente de la ANP), es un hombre excesivamente débil, corrupto y además que no acepta a Israel.
Entonces, cuando tú preguntas por los “Acuerdos de Oslo” entonces te diría que es lo que hay por ahora. Pero ¿se puede acercar a un Estado palestino hoy? No le veo grandes chances, porque primero que los palestinos todavía disfrutan de cierto apoyo internacional que los promueve a que hagan menos concesiones.
Y la estrategia de Netanyahu es ‘primero voy a firmar la paz con todos los países árabes sunitas y último con los palestinos’. Cuando los palestinos pierden el apoyo de todos los países árabes entonces van a ceder y van a aceptar un Estado judío al lado del Estado palestino. Pero tampoco nos estamos acercando a un Estado palestino. Porque Israel cree que tanto Hamás como ANP no están dispuestos a aceptar un Estado judio a su lado.
Los “Acuerdos de Oslo” están ahí. Pero con el retorno de Trump al poder, se espera que se reaviven los “Acuerdos de Abraham” ¿Es la solución para alcanzar una paz duradera en este conflicto político-dogmático de Medio Oriente?
-Lo que sucede es que los países y gobernantes firman acuerdos, pero no el pueblo. Por ejemplo, el nivel de antisemitismo que ves en Egipto hoy es superior al 90% en la población. Entonces, Egipto tiene un acuerdo de paz con Israel, pero la población no vive en paz con Israel. Lo mismo con Jordania. O sea que tenés un acuerdo de paz que es de la cabeza solamente y si la cabeza cambia, puede ser que el acuerdo de paz se rompa. En Emiratos Árabes Unidos es diferente.
Emiratos Árabes Unidos se distingue por promover la tolerancia religiosa. En el programa de estudio emiratí se promueve dialogar con los judíos y los cristianos. Entonces, ¿qué puede asegurar la paz en el Medio Oriente? Una buena educación hacia la paz, una coexistencia y una educación de que pueden convivir juntos religiones y no que una religión piense que debe someter a las otras. Y en ese sentido, el que ha mejorado mucho es Arabia Saudita, que está empezando a hacer cambios en los programas educativos.
¿Cómo se explica el radicalismo islámico y qué consecuencia podría tener en América Latina?
-¿Hay adoctrinamiento en América Latina? Por supuesto que sí. Hay mezquitas radicalizadas, pero son pocas todavía. ¿Y manifestaciones bélicas? Por supuesto que sí. El atentado a la embajada de Israel en Buenos Aires, el ataque a la AMIA o del avión en el 94 en Panamá. O un inmenso atentado en el aeropuerto Kennedy por parte de Irán.
Son manifestaciones de violencia física en América Latina. Porque acá tienen mucha penetración. En América Latina están mucho más los chiítas que los sunitas. Irán y Venezuela están muy metidos. Tenemos a muchos chiítas deambulando por el Continente. Ni hablo de un gran peligro que es Nicaragua o Bolivia, aliado de Irán.
¿Qué hay de Paraguay?
- El Paraguay es señalado como un lugar donde planifican acciones violentas y se lava dinero para acciones violentas. Es menos un lugar reconocido como un centro en donde la comunidad musulmana aumentó muchísimo y se radicaliza muchísimo. Pero sí es un centro, especialmente en la zona de Ciudad del Este, donde un chiíta radical se siente muy cómodo y desde donde se lanza dinero para el Medio Oriente.
Lamentablemente, Estados Unidos tenía un programa muy completo llamado Casandra para analizar el movimiento de los traficantes de drogas de América Latina a Medio Oriente. Pero Barack Obama, entre las cosas malas que hizo, fue congelar ese plan para ayudar a detener a los traficantes del Medio Oriente acá.
¿Qué piensa del papel que podría cumplir Brasil para frenar las amenazas al ser un gigante regional?
- En general los gobiernos de izquierda no suelen tomarse en serio las amenazas. En cambio los de derecha, suelen entender mejor la necesidad de protección del país. En ese sentido Brasil tiene un problema y es que no creo que haya grandes intenciones desde el gobierno para combatir este problema que atañe también al lado de su frontera”.