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La consumación de la anunciada destrucción del Bosque San Vicente, con el aval del imputado intendente de Asunción, Óscar “Nenecho” Rodríguez (ANR-cartista), y del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), comenzó a registrarse ayer por la mañana, con la tala de añejos árboles, que continuó hoy. Se trata de un inmueble de poco más de una hectárea, propiedad de la Caja de Jubilados de la Ande, que cedió el lugar para la construcción de un supermercado.
Tanto la Municipalidad de Asunción, a través de su Dirección General de Gestión Ambiental, como el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), otorgaron permisos de destronque basados en dudosos documentos, con supuesto contenido falso, según los vecinos. El caso fue denunciado por ellos, penalmente, y la Fiscalía investiga estos hechos.
Por otro lado, pese a la abierta oposición de la comunidad de San Vicente, el trabajo de desmonte se realizó con inusitada prisa, como si de una verdadera urgencia se tratara, días después que el Congreso archivara un pedido de expropiación a favor del Ministerio de Obras Públicas, que se había presentado para proteger el bosque, uno de los últimos pulmones verdes de Asunción.
Si embargo, de la observación de mapas satelitales de la zona de San Vicente se desprende que en el área faltan, justamente, espacios verdes de acceso público, como el que pretendían los vecinos y estaba previsto en el proyecto de ley rechazado en el Congreso.
Bosque San Vicente: sobran supermercados y servicentros
Según el mapa de la zona, en los menos de seiscientos metros existentes entre las avenidas Ita Ybate (21 Proyectada) y Japón, ya hay actualmente dos supermercados de gran tamaño.
El primero de ellos, un conocido hipermercado con una superficie total de más de 9.500 metros cuadrados, se encuentra apenas a 250 metros del bosque destruido.
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A trescientos metros de ahí hay otro supermercado que había generado ya la denuncia de los vecinos por la tala, autorizada también por la Municipalidad, de 181 árboles. En aquella oportunidad, también se justificó la obra con una compensación de plantación de árboles.
Con casi 13.000 metros cuadrados de superficie, este segundo supermercado está apenas a 600 metros del Bosque San Vicente. A estas construcciones se suman además abundantes estaciones de servicio. En los 600 metros existentes desde Ita Ybaté hasta Japón hay dos, distantes a solo 120 metros entre sí. Mientras, subiendo, hasta Casanello, hay otras dos.
Documentos señalados de contenido falso
Los vecinos de San Vicente denuncian el falseamiento de la superficie total del bosque afectado ahora por la tala. Mientras la licencia ambiental 777/23 emitida por el Mades habla de 9.472 metros cuadrados, lo que corresponde solo a la zona de obras, un informe del Instituto Forestal Nacional (Infona), según medición satelital, consigna que el predio tiene un total de 11.449,41 metros cuadrados.
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En cuanto a la calidad del bosque, mientras la licencia habla de “árboles censados combinados con plantas de mango”, el Infona revela que el bosque contaba con especímenes de Ybyrapytã con diámetros de entre 60 y 100 centímetros, “lo que corresponde a árboles de más de 100 años”.
Un detalle no menor es que, según la licencia ambiental otorgada por el Mades, “se visualizan cauces hídricos a aproximadamente 120 metros y 792 metros del proyecto en evaluación”. Mientras tanto, un informe al que accedieron los vecinos, de la Unidad de Recursos Hídricos y Suelo de la propia Municipalidad de Asunción, señala que el bosque se encuentra a solo 20 metros del cauce del arroyo Ferreira, por lo que se lo considera un bosque protector.
Nuevas autorizaciones, tras denuncias
Ante la denuncia de estos hechos, la Municipalidad, a cargo de Óscar Rodríguez, volvió a emitir una nueva resolución de la Dirección General de Gestión Ambiental, que volvió a autorizar el destronque de 117 árboles que componían este bosque urbano. En ella se hace mención, a su vez, de una nueva resolución del Mades, por la que se aprueba un “ajuste del plan de gestión ambiental del proyecto” del supermercado mayorista.
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El plan de gestión ambiental consiste en una compensación por la afectación arbórea de 117 árboles. Los responsables de la obra se comprometen a la plantación de 1.170 árboles forestales en “la zona de influencia directa e indirecta” y al mejoramiento integral de la plaza Sol Naciente. Según la autorización de la Dirección General de Gestión Ambiental, estos requisitos ya fueron cumplidos, pero no especifican detalles.
En la parte resolutiva, la dirección de Gestión Ambiental establece que “los individuos forestales identificados (árboles) obstaculizan la ejecución de las obras previstas y se sitúan (sic) en las áreas constructivas proyectadas, lo cual imposibilita su conservación”. Alega que la Ordenanza Municipal 340/13 autoriza el derribo siempre que “se hiciera imprescindible por no existir otras soluciones técnicas posibles”.
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Las preguntas que surgen de estos hechos son: ¿Era realmente una urgencia la destrucción del bosque y la tala de los “individuos forestales”, como denominan a los árboles, para la construcción de otro supermercado en la zona? ¿Vale la pena el sacrificio de uno de los últimos pulmones verdes para la construcción de más supermercados en donde sobran?
Paraguay habla de ciudades que respeten “áreas de importancia ecológica”, en la COP 16, de Biodiversidad
La cuestión sube de nivel cuando observamos los posicionamientos del Paraguay a nivel internacional, respecto de los asuntos ambientales. En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad (COP16), que se desarrolla actualmente en Cali, Colombia, hasta el 1 de noviembre, el gobierno pinta un panorama totalmente distinto.
Entre las metas nacionales de biodiversidad, presentadas por Paraguay en esta conferencia, el gobierno de Santiago Peña, aliado de Nenecho, prometió para el año 2030 aumentar “el total de los municipios con una planificación territorial y gestión espacial sostenible y participativa, que tenga en cuenta a las áreas de importancia ecológica para la biodiversidad y sus objetivos de conservación”.
Agrega que se “determinará la superficie, calidad, conectividad y accesibilidad de los espacios verdes urbanos a través de la planificación urbana; integrando la conservación, uso sostenible y la resiliencia ecológica de recursos naturales con el fin de mejorar la salud y bienestar de la población”.
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Las metas 2030 de biodiversidad fueron elaboradas, en mesas de trabajo con distintos sectores de la sociedad, por el mismo Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) que autorizó la destrucción del bosque urbano San Vicente, uno de los pocos que quedaban en Asunción. ¿A qué Gobierno le creemos? ¿Al que firma acuerdos internacionales? ¿A qué Municipalidad le creemos? ¿A la que pretende ser sede de encuentros internacionales de Economía Verde, como el anunciado por el intendente Nenecho para noviembre? ¿O a los gobiernos, central y municipal, que autorizan la destrucción de estos recursos naturales?
Califican de “ecocidas” a responsables
En redes sociales circulan fotografías de los principales responsables de la autorización del derribo del Bosque San Vicente, a los que califican de “ecocidas”. Entre ellos, figura el ministro del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) Rolando de Barros, Cinthia Guerreño, directora General de Gestión Ambiental de la administración de Nenecho, y Carlos Decoud, presidente de la Caja de Jubilaciones de la ANDE, propietaria del inmueble.