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Si bien en el discurso del presidente de la República la salud ha mejorado, la realidad es otra al recorrer los pasillos del IPS en cualquiera de sus sedes.
En este caso, un recorrido de ABC TV a primera hora de la mañana por la Clínica Boquerón evidencia la realidad que viven los asegurados en busca de mejoría en su salud, o al menos de aliviar dolencias.
Los jubilados se llevan la peor parte, pues siendo personas mayores deben aguardar largas horas sin tener siquiera una ventanilla especial de prioridad para ser atendidas.
Carlos Nelson Ibarra, jubilado de la previsional y extrabajador del diario ABC Color, contó que nada cambia a pesar de los años. Denunció que incluso se puede observar a funcionarios marcando tarjeta y retirándose de sus lugares de trabajo, o bien, quedándose a realizar actividades particulares de entretenimiento en lugar de brindar atención.
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No hay prioridad para embarazadas y mayores
Tampoco hay una ventanilla especial para embarazadas y la atención más fluida es definitivamente necesaria.
Si bien algunos aseguran que los medicamentos existen, el problema se da con los fármacos caros, que siempre corren por cuenta particular del asegurado. Claro, el término asegurado en este caso resulta irónico, pues justamente no se le asegura el acceso a medicación.
Algunos, como don Aníbal Acosta, llegan al IPS sin cita, con la esperanza de conseguir acceder a estudios de diagnóstico. Esto, debido a que presentan padecimientos repentinos y les urge ser atendidos.
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Disponibilidad depende de patología
Los asegurados coincidieron en que hay medicamentos que habitualmente están disponibles, pero hay un problema en la provisión de ciertos medicamentos, principalmente los que son costosos. Como cada paciente consume cierto tipo de medicamento dependiendo de su patología, a algunos les toca la “suerte” de que el fármaco disponible coincida con su patología, mientras que a otros no.
En medio de los malos ratos que pasan en busca del derecho a la salud, los asegurados no pierden el espíritu de reclamar al IPS el acceso a un servicio por el que pagan.