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Mártires Félix González Naitzké nació el 22 de setiembre de 1940 en Ricardo Brugada, más conocido como la Chacarita, un barrio tradicional de Asunción. Desde muy joven descubrió su pasión por el fútbol y comenzó su carrera en el club local 3 de Febrero, donde jugó desde 1957 hasta 1965. Posteriormente su talento y velocidad lo llevaron a formar parte del Club Resistencia, con el cual se coronó campeón de la liga intermedia en 1966.
Su posición predilecta era de centro delantero, y siempre lució la camiseta número nueve, destacando por su rapidez y capacidad de aprovechar las pelotas largas. En 1967 su actuación le valió un contrato con el Club Libertad, en el que jugaría la mayor parte de su carrera. En ese mismo año, su habilidad no pasó desapercibida para el entrenador de la selección paraguaya, Aurelio González, quien lo convocó para enfrentar a la poderosa selección brasileña.
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El gran duelo contra Brasil en 1968: Una hazaña imborrable
En 1968 Paraguay se enfrentaba a Brasil en la Copa Osvaldo Cruz, tras un partido de ida en el que la selección albirroja cayó 4-0 ante el equipo liderado por Pelé, pocos creían en una revancha favorable. Sin embargo, Mártires González Naitzké y sus compañeros decidieron enfrentar a los brasileños con una estrategia completamente diferente: una marca férrea, hombre a hombre, que desestabilizó al poderoso ataque verdeamarelho.
“Sabíamos que teníamos que jugar al límite”, comenta Mártires con nostalgia. En una noche inolvidable, Paraguay venció 1-0 a Brasil con un gol del “Toro” Cabral, sellando una de las mayores sorpresas en la historia del fútbol sudamericano. Don Naitzké recuerda especialmente una jugada en la que escapó de tres marcadores brasileños, llevándo el balón por la banda en una muestra de su tenacidad y velocidad. “Estábamos tan concentrados que todo nos salió bien”.
La reciente victoria de Paraguay
El reciente triunfo de Paraguay sobre Brasil en las Eliminatorias ha despertado en Mártires González Naitzké recuerdos imborrables de su propio enfrentamiento contra los brasileños en 1968. “Vi el partido y me di cuenta de que lo que nos funcionó a nosotros, les funcionó a los muchachos de ahora”, comenta Mártires refiriéndose a la marca personal que realizó Cáceres sobre Vinicius, recordando la táctica empleada en aquel entonces para frenar a Pelé.
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“Brasil no está acostumbrado a que los marquen tan de cerca, eso les incomoda”, añade Mártires. Para él, la historia parece repetirse, aunque en circunstancias diferentes. La victoria de Paraguay el martes pasado no sólo trae alegría al pueblo paraguayo, sino que también revitaliza el orgullo de aquellos que, como Mártires, entregaron su corazón y esfuerzo a la selección nacional en años pasados.
De las canchas a la vida diaria
Tras una carrera llena de éxitos y sacrificios Mártires González Naitzké tuvo que retirarse prematuramente del fútbol en 1972, tras una lesión en el menisco que no pudo recuperarse completamente. “En esos tiempos, las lesiones de rodilla eran difíciles de superar”. A partir de ese momento, se dedicó a vender quinielas en Fernando de la Mora, actividad en la que sigue involucrado hasta el día de hoy.
A sus 83 años, vive solo en su casa acompañado de sus dos fieles perros, tras haber enviudado hace tres años. Sus hijos, ya adultos se independizaron, pero Don Naitzké disfruta de la tranquilidad de su día a día, manteniendo vivo el recuerdo de aquellos tiempos gloriosos en las canchas. Con humildad, espera que esta nota sirva para que la gente lo salude y lo recuerde como el ídolo que alguna vez fue.
“Soy feliz con lo que hago, y nunca me faltó nada”, comenta el exjugador, quien logro ganarse el cariño de su comunidad, y aunque ya no corre detrás del balón, sigue siendo una figura emblemática, tanto en su barrio como en el fútbol paraguayo.