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En un ambiente de paz, fe y devoción, una importante cantidad de personas acudieron a la Capilla Divino Niño Jesús en Monte Alto para honrar al santo.
Se tuvo a visitantes que llegaron desde diversas ciudades como Nueva Italia, Caaguazú, Ñemby, Asunción, Luque, Limpio, Emboscada, Caacupé y Mariano Roque Alonso. Las personas llegaron desde tempranas horas, cada una con su imagen del Divino Niño para participar de la eucaristía.
Mirca Esquivel y Miguel Brítez son los encargados de llevar adelante la tradición de honrar al Divino Niño Jesús desde hace 20 años.
José Brítez es hijo de los propulsores del encuentro y manifestó que la preparación de la actividad cada año es muy emocionante porque se ven el amor y el entusiasmo de las personas que llegan al lugar. Agregó que desde muy temprano recibieron a varias familias.
Durante la jornada se pudo observar la alegría de los visitantes, algunos fueron por primera vez para conocer la tradición y otros van para agradecer las bendiciones recibidas.
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La misa se inició a las 11:00 y fue presidida por el cura párroco de Atyrá Felipe Martínez. Estuvo presente el equipo litúrgico de la Parroquia San Francisco de Asís. A las 16:00 también se compartió una misa y al finalizar se repartieron 850 kits de merienda para los niños.
A la actividad se sumaron varios artistas locales que amenizaron la jornada con un emocionante repertorio de canciones.
Karu Guasu
Otra de las infaltables tradiciones en esta festividad es el “Karu Guasu” que se hace para compartir con los los niños y las familias. Se prepararon cazuela de mondongo, churrasquito, guiso de cerdo y arroz carretero.
Luego se repartieron chocolate y golosinas para los pequeños.
Historia
Antiguos escritos indican que la devoción al “Divino Niño” empezó en el Monte Carmelo (Israel), donde, según la tradición, Jesús iba frecuentemente a pasear y a rezar con sus padres, San José y la Virgen María, sus abuelos San Joaquín y Santa Ana.
El Niño Jesús se ganó el aprecio y cariño de las personas que se reunían también a orar en el monte, quienes, después de la ascensión de Cristo, continuaron con la devoción al Niño Jesús.
Asimismo años más tarde, los carmelitas extendieron el amor por la infancia de Jesús a todo el mundo.
Cada año, miles de familias van con sus hijos, padres, nietos y abuelos en las diversas capillas para agradecer por los favores recibidos y sentir la bendición del Divino Niño.
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