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Más de 1.000 usuarios del barrio Nueva Asunción, octava compañía Tarumandy, Luque, hace 2 meses claman por el restablecimiento del servicio de agua potable proveído por la empresa El Cencerro S.A. Esta empresa cuenta con frondosos antecedentes por deudas a la Administración Nacional de Electricidad (Ande), y mala administración de sus funcionarios en Villa Elisa, Capiatá, Luque, Ciudad del Este, entre otros distritos distribuidos en el país.
Los vecinos cuentan que entre una y dos veces al día cae un poco de agua en las canillas y aprovechan para juntar e incluso solidarizarse con los vecinos. “Los niños con sus baldes vienen a casa para cargar agua. Las pocas veces que viene aprovecho para juntar pero este problema es de hace 25 años atrás. Desde que vivo en este barrio tenemos problema de agua pero esta vez es el colmo, ya van dos meses de seguido”, expresa Zully Boggs, antigua pobladora del lugar.
Ayer por la tarde, los residentes, incluidos los de asentamientos, se reunieron con la asesora legal de la empresa de agua, Raquel Mersch, quien explicó que están enfrentando problemas familiares, y afecta la administración. Agregó que son conscientes de las irregularidades cometidas por el actual administrador del servicio en este barrio, pero no pueden intervenir porque la familia está en un proceso de sucesión. Solicitó que esperen hasta fin de mes, cuando se emita el dictamen de apelación.
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Según los vecinos, la Entidad Reguladora de Servicios Sanitarios (ERSSAN) verificó la calidad del agua y confirmó que no recibe ningún tratamiento para ser considerada “potable”. Esto aumentó la preocupación por las posibles enfermedades que puede causar. Incluso algunas mujeres mayores expresaron haber tenido dolor de estómago y de cabeza durante este período de falta de agua.
Desde el fallecimiento de Mersch, Juan Gregorio Cáceres Britos es el actual administrador de la aguatería del barrio nueva Asunción y fue citado por la fiscalía por denuncias de “apropiación”. Según los vecinos y la asesora legal, Cáceres cobra por el agua, no realiza los mantenimientos necesarios, obstruye las llaves de paso y realiza conexiones clandestinas.
La representante de la empresa aguatera mencionó que desde septiembre del año pasado comenzaron el proceso de regularización de la empresa al darse cuenta de que tenían registros de 300 personas, pero en realidad son 1,600 usuarios, según explicó. Cáceres entregaba boletas legales fotocopiadas y recibos inválidos, según los documentos proporcionados a la asesora por los vecinos. “El señor Merch no era responsable de la administración, sino su secretaria, quien también estaba involucrada”, señaló la asesora.
Los vecinos están desesperados porque vienen arrastrando este problema desde hace más de 20 años, y son ignorados. “Incluso una escuela debe comenzar las clases este viernes y tampoco tiene agua, es desesperante”, comenta una residente durante la reunión. Ante la desesperación, pero con esperanza de encontrar soluciones rápidas, la comunidad afectada tendrá que seguir esperando y buscar ayuda para obtener suministro de agua.
“Vinieron a exponer sus problemas internos familiares, pero no ofrecieron ninguna solución. Les dimos un plazo de 10 días para regularizar todo, poner orden judicial, pero si eso no sucede, tomaremos otras medidas”, afirma Luis Torales, presidente de la Comisión Vecinal Nueva Asunción.