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El obispo Ricardo Valenzuela ofició la misa dominical en el Santuario de Caacupé. Durante su prédica habló sobre la realidad del Paraguay y cuestionó la cantidad de problemas que afectan en especial a los niños y a los ancianos.
Indicó que es necesario “dar la vuelta los ojos para mirar al interior y ver qué es lo que sucede a nuestro alrededor”.
“Vemos sombras de vida de niños inocentes, que no son acogidos, sino más bien son maltratados. Ancianos abandonados en las calles, muerte, ruinas, y destrucción”, dijo.
Lamentó la realidad de ancianos que son “tirados en la vereda” y se quedan viviendo en las calle a pesar de tener familiares. Instó a los feligreses a erradicar los problemas sociales para luchar por un país mejor.
¿Cuanta oscuridad hay en nuestras relaciones? Miremos en nuestra casa, nuestra familia que sufre de peleas e incapacidad para calmar los conflictos. Qué difícil es disculparse, qué difícil es perdonar, qué difícil es comenzar de nuevo”, expresó.
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Intoxicación por ruidos
En otro momento de su alocución, monseñor Valenzuela habló de la “intoxicación por exceso de ruidos de grandes letreros que nos entorpecen”.
“Estamos todos un poco borrachos del bullicio y esto afecta a los creyentes, quienes sienten esa necesidad en tiempos de soledad. Seamos conscientes de tener espiritu, de ser aquel que tiene un alma o almenos una libertad”, expresó.
Mencionó que hay que observar la realidad que se vive en la actualidad.
“La televisión ofrece a raudales la literatura de la evasión, todo es ficción y nosotros preferimos vivir en la ficción”. “De esta manera hoy en día los jóvenes son los más expuestos a vivir en esta borrachera del ruido”.
En la jornada dominical se pudo observar una importante participación de familias que acudieron desde diferentes puntos del país como Ciudad del Este, San José de los Arroyos, Nueva Colombia, Luque, Mariano Roque Alonso y Ñemby.
La animación de canciones religiosas estuvo a cargo del Coro de niños de San Francisco de Asís de Coronel Oviedo.