Al finalizar el juicio oral y público por supuesto enriquecimiento ilícito y lavado de dinero, Javier Díaz Verón y su esposa, María Selva Morínigo, fueron escrachados por los activistas que asistieron hoy. Ambos fueron absueltos y un juez hasta aseguró que los peritos actuaron con malicia.
“¡Sin vergüenza!”, “¡bandido!” y “¡ladrón!”, gritaron los activistas anticorrupción mientras Morínigo reaccionaba de manera prepotente para luego retirarse junto a su esposo, ambos escoltados por la Policía Nacional.
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“Pasamos muy mal”, dijo Díaz Verón
El ex fiscal general señaló, luego de la lectura del Tribunal de Sentencia, que hoy “pasan la hoja” y pidió tiempo para pasar con su familia. “Estos seis años definitivamente pasamos muy mal. No podemos hablar todavía de eso (sobre accionar contra la Fiscalía). Permítannos disfrutar con nuestra familia; pasamos mucho y mal”, insistió.
Javier Díaz Verón dijo que están convencidos de la decisión del Tribunal. “Es el que tiene la autoridad para decidir que Javier esté dentro o fuera de la cárcel”, enfatizó y agregó que la decisión no fue “apurada”, sino que se desarrolló un juicio de seis meses.
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Sobre su declaración de “significativamente corrupto” por parte de la Embajada de Estados Unidos en Paraguay, dijo que no iba a hablar al respecto. Aunque luego agregó: “Pregúntenle a Sandra Quiñónez cómo consiguió esa declaración”, y se retiró.