Cargando...
El ministro de Educación y Ciencias, Luis Fernando Ramírez, explicó que su cartera es muy compleja, muy grande. “Siempre digo es como una empresa con 80.000 empleados en todo el Paraguay; todos los días sucede algo en algún sector y esa es una complejidad que además tiene escenarios distintos porque tiene su aspecto pedagógico, de infraestructura, de economía, de recursos”.
Entre los aspectos positivos mencionó que “ayer estuvimos en Guairá, en Villarrica entregando sillas, y cuando entras al aula, te encontrás con los niños, una mamá se acerca y se emociona porque su hijo va a tener una silla, una mesa y realmente te llena el alma”.
“Y por otro lado, tiene los embates de la política que se meten en la educación y no nos permite disfrutar de la pedagogía”, reflexionó.
Lea más: Medicina: ME y Aneaes plantean reforzar controles a espacios de práctica de estudiantes
Una de las cosas más importantes que hay que entender es que la educación siempre es política, según afirmó, lo que no quiere decir que se partidice.
Territorializar la educación sin ideologías
Recordó que la educación no tiene ideologías. “Dejas de educar cuando hay una ideología; tenemos que pensar en varias líneas: lo primero es tener una política clara de educación y luego una rectoría clara del Ministerio de Educación”.
“El MEC tiene que ser el órgano rector, no se da de hecho en muchos sitios. Planteamos territorializar la educación, ir a territorio, conocer las realidades y desde esa realidad hacer una planificación para que la comunidad sea la contralora de lo que se hace”, consideró.
El ministro también refirió que los profesores deben ser idóneos. “Si alguien va a enseñar matemáticas que sepa matemáticas, si va a enseñar lengua, que sepa legua. Ese es el punto de partida para mí”, apuntó.
Territorializar la educación y llamar a concurso
Opinó que el que entra al aula tiene que ser idóneo. “Proponemos que sea por concurso, tenemos que concursar para el cargo; hemos hablado con los gremios y estamos de acuerdo en planificar una modificación de los concursos, y para acceder se necesita certificación”.
Amplió este aspecto y declaró que “una certificación es el cúmulo de certificados, y tenemos dudas y lagunas en torno a los certificados”, denunció.
“Le estamos dando posibilidad de entrar al circuito educativo con un mecanismo que no nos permite saber si es idóneo o no”, reclamó.
“Ahí estamos trabajando y hemos puesto una dinámica, la primera empieza el 11 de diciembre y se llama “Concurso”.
Con el concurso se evitan los interinos, ya que encotraron “más de 3 mil interinos en una población de 60 mil maestros. Detrás hay una realidad cuando no se pasa el concurso, cuando no se presentó nadie queda vacante y también necesitamos interinos porque puede ser que no se presente nadie o no pase el concurso”, sostuvo.
“Va a haber el concurso permanente para que el interino quede casi sin posibilidad de acción. En febrero va haber concurso y en julio también”, proyectó.
Cuando un profesor se jubila
También puede ocurrir que en algun sitio no haya interés, pero insistió en que cuando alguien se jubila el rubro desaparece.
“Se jubilan 1.800 -profesores- por año, y en alguna comunidad no hay profesor de matemáticas, tiene que venir de otra ciudad. Y puede que alguien gane un concurso, es de Santa Rita y ganó el concurso en Ciudad del Este y todos los días tiene que ir y venir 30 Km. Es muy difícil, muy duro”.
¿Están preparados nuestros estudiantes para lo que necesita el mercado?
Ramírez respondió: “La educación paraguaya, la escuela fue creada para una sociedad que hoy no existe. Para una primera o tercera revolución industrial, el ferrocarril, después vino la electricidad y luego la internet. Ahora tiene que virar a un mundo digital que tiene que competir con la inteligencia artificial”.
Con todo y eso tenemos que insistir en dos cosas, dedujo: “Soy partidario de hacer poco pero bien, bachilleratos agropecuarios en una educación dual, y bachilleratos que puedan darle a los chicos esa capacidad tecnológica, de una incorporación al mundo del trabajo para el primer empleo, que le permita seguir su estudio desarrollándose en una media técnica”.
Dentro de la educación pública hay escuelas técnicas muy buenas, de primer nivel, según el secretario de Estado.
“De ellas salen chicos que están estudiando en la facultad de ingeniería, incluso están estudiando en otros países porque tienen un buen nivel. Y hay un grupo enorme que no tiene el nivel que se requiere, ni siquiera los laboratorios”, destacó.
“El mercado ha crecido, en Concepción se instalaron más de 40 empresas y nos han pedido bachillerato de gastronomía porque se necesitan bares, restaurantes, y personal de turismo. No es lo mismo Boquerón que Concepción o Itapúa”, expresó.
“En Itapúa me pasó con un intendente que dijo ¿cómo van a cerrar la escuela? Y le dijimos no tenes alumnos, pero nos respondió que van a llevar un parque industrial con más de 600 familias y se necesita la escuela”.
“Hoy la escuela es un lugar donde uno esta 12 años con suerte y cuando sale no puede ir a la facultad ni empezar a trabajar. Ese es uno de nuestros puntos focales, y por ello tendremos bachilleratos agropecuarios y tecnológicos”, aseguró.
Se necesita un electricista, pero no lo encontramos
En ingeniería no se llenan los cupos, siempre según Ramírez, y otras carreras tienen exceso de estudiantes. Para impulsar y reorganizar propone.
“Vamos a cobrar arancel en las facultades que no necesitamos. Y vamos a poner incentivos en las que sí necesitamos. Reorganizaremos las becas para lo que el país necesita: ingenieros, técnicos. Las becas se emitirán en un solo lugar, las becas secundarias, y universitarias, expresó.
Agregó que “en vez de enviar una persona a Oxford, que vale 100.000, vamos a enviar a 1.000 a la Universidad Nacional, a la facultad de ingeniería”.