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La obra estuvo a cargo de la empresa M&O S.A que había sido adjudicada con el llamado a licitación 70/2015, convocado por el MOPC. Los trabajos fueron solventados a través de un préstamo del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), bajo la denominación “Ñamoporâ Ñanderape”.
La estructura fue preparada para un amplio salón de espera, tres oficinas, una cocina, lavatorios, dos modernos sanitarios y dos albergues con capacidad para 10 personas cada una. La que apuntaba ser una moderna sede del INDI tenía como principal objetivo contar con un sitio de atención y asistencia directa a las comunidades nativas del departamento de Caaguazú, pero la realidad es otra.
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Lugar donde acampan los aborígenes
La ciudad de Coronel Oviedo es visitada constantemente por comunidades nativas que llegan hasta la Gobernación de Caaguazú, y quedan varadas en las veredas traseras de la entidad. Los aborígenes suelen montar precarias carpas para resguardarse de los efectos climáticos, generando molestias para los comercios cercanos.
El Centro Comunitario Indígena tenía como objetivo atender a los nativos que llegaban a la ciudad, pero el millonario gasto que hizo el Gobierno hoy en día constituye una casa abandonada, criadero de mosquitos y baño público de desconocidos. Por si fuera poco, lamentablemente fueron robados los ventiladores, luces, sistemas de cableados, cañerías y los juegos sanitarios, que tendrían que haber sido para la comodidad de los nativos.
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Sobre el punto, ABC intentó comunicarse con la presidenta del INDI, Marlene Graciela Ocampos, pero tras varias llamadas a su número con terminación 462, no nos atendió su teléfono celular. En caso de que quiera dar detalles sobre el tema, puede comunicarse con esta redacción.