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El juicio oral y público por homicidio culposo al médico Aurelio Espínola Caballero, propietario de la Clínica La Veró, iniciado el 26 de julio último, está a cargo del Tribunal de Sentencia presidido por Juan Carlos Zárate e integrado con Héctor Capurro y María Fernanda García de Zúñiga. Es por la muerte del exdiputado Fernando Nicora, quien falleció de covid-19 en agosto del 2020.
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El juzgamiento continúa este lunes con la presentación de pruebas documentales. La acusación la presenta el fiscal Giovanni Grisetti, quien sostiene que el accionar negligente del acusado desencadenó en la muerte del exparlamentario.
En ese sentido, el fiscal resaltó que el ahora acusado descartó la realización del test de covid-19 y no siguió el protocolo médico para diagnóstico y tratamiento para pacientes con afecciones respiratorias, ni para casos de covid-19.
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Testigo confirmó que acusado no siguió protocolo en tratamiento a Fernando Nicora
Según los datos, Espínola trató el cuadro de Nicora como neumonía bacteriana. Sin embargo, Grisetti resaltó que en juicio se expuso el protocolo de neumonía bacteriana y quedó en evidencia que tampoco a aplicó tampoco ese protocolo ya que omitió realizar la radiografía de tórax.
Otra anomalía que se constató en juicio fue el tratamiento de plasma que Espínola suministró a Nicora. El acusado realizó la transfusión directa de su sangre a la del paciente, procedimiento calificado como irregular por la directora del Centro Nacional de Servicios de Sangre (Censsa), Dra. Elsi Vargas.
En su testimonio ante el Tribunal, la Dra. Vargas explicó que mínimamente una sangre debe ser tratada y no transfundida dentro de los 15 días de la donación.
El abogado querellante Rodrigo Alvarez, destacó que para la transfusión de plasma se debe realizar un proceso previo de verificación y compatibilidad pero el acusado no realizó ningún de los controles previos, durante o posteriores para el procedimiento.
El letrado resaltó que la profesional precisó que la cantidad máxima es de 200ml por transfusión, o sea una dosis, pero a Nicora le aplicaron cuatro de una sola vez, el día antes de su fallecimiento.
“El plasma aplicado debe ser de una persona recuperada de covid de no más de 30 días. En este caso, el plasma utilizado fue del médico que dijo haber tenido covid, no se comprobó, 3 meses antes”, agregó.
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El 19 de agosto del 2020, Nicora ingresó a la clínica ubicada en Herrera 933 casi Estados Unidos de nuestra capital, con fiebre alta y otros síntomas de covid-19.
Por indicación de Espínola, el paciente quedó internado y recibió tratamientos alternativos indicados por el galeno, que pese a la insistencia de la esposa de Nicora, la magistrada Sonia Deleón, se negó a realizar prueba del covid, según la acusación.
Ante el agravamiento del estado de salud de Nicora, su esposa gestionó su traslado a La Costa, donde ingresó el 22 del mismo mes, pero falleció.
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Clínica La Veró nunca estuvo habilitada para internación
Tras la muerte de Nicora, la Superintendencia de Salud reveló que la clínica La Veró tenía habilitación vencida y esta, cuando estaba vigente, era únicamente para atención ambulatoria, no así internación.
El informe elevado al Ministerio Público por la Superintendencia de Salud, precisó que una auditoría médica realizada a la Clínica La Veró constató que al momento de la muerte de Nicora, el local tenía la habilitación y registros vencidos en el Departamento de Establecimientos de Salud y Afines.
“Para el diagnóstico, se constata que no se realizaron estudios para confirmar o descartar SARS COV (covid-19), según recomendaciones vigentes del MSPyBS en esa fecha”, revela el informe, que destaca además que el tratamiento indicado al paciente no se ajusta al protocolo recomendado por el ministerio.