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La antropóloga Adriana Sartorio llegó este lunes desde Arizona, Estados Unidos, donde trabaja en la Universidad estatal, con el objetivo de colaborar en la investigación y excavación en busca de los personas desaparecidas durante la dictadura de Alfredo Stroessner, principalmente en el predio de Lambaré.
Este predio perteneció a Pastor Coronel, un tenebroso funcionario stronista quien siendo director de la Policía era el más grande torturador que había en el Estado.
El mismo Coronel le vendió su propiedad al Estado, y en ese lugar funcionaron las direcciones de Automotores, de Lucha contra las Drogas y la Dirección de Producciones.
Dentro de esta última estaban los talleres de Herrería y fábrica de materiales de construcción, debajo de un tinglado construido allí.
“Se escuchaban terribles gritos”
La misma policía y vecinos cuentan que se escuchaban terribles gritos por la madrugada durante largos años en la década del 70.
La hipótesis que maneja Rogelio Goiburú, basado en testimonios, es que allí se llevaban cuerpos de torturados en la sede de Investigaciones.
Con todos estos testimonios, los profesionales se reunieron esta mañana con el ministro de Justicia, Daniel Benítez, conjuntamente con las fiscalas de la Unidad de Derechos Humanos del Ministerio Público, Susy Riquelme y Sonia Sanguinés.
En la conversación que mantuvieron Rogelio Goiburú y el director de Derechos Humanos, abogado Rafael Escobar, con el ministro Daniel Benítez, este se comprometió a proporcionar la segunda parte del desembolso, consistente en G. 150 millones.
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Esperan G. 150 millones para empezar trabajos
Goiburú aclaró que este dinero lo había conseguido él hace cuatro años en el Parlamento.
“No lo consiguió el Ministerio de Justicia de motu proprio, el Parlamento lo destinó para trabajos de excavación. Por motivos de la pandemia, durante años no pudimos ir a ningún lado. La primera parte de ese dinero el año pasado nos dieron, y ahora nos tienen que dar G. 150 millones”, explicó Goiburú.
Recordó que con la primera parte del dinero, el año pasado hicieron excavaciones en Caaguazú, consistente en ocho enormes pozos, y lamentablemente encontramos vestigios de cadáveres, pero no así esqueletos.
Ahora se centrarán en el predio de Lambaré mencionado más arriba, ubicado a orillas del arroyo, donde deberán romper 200 metros cuadrados de hormigón armado de 20 cm de espesor, y después procederán a excavar.
“Hay movimientos de tierra”
Ya se realizaron los estudios previos, en los cuales el geólogo Andrés Peralta investigó con aparatos sofisticados la corteza terrestre del lugar. “Los resultados mostraron que hay movimientos de tierra debajo de esa superficie, y el por qué es lo que vamos a investigar”, indicó Goiburú.
La Dirección de Memoria Histórica y Reparación consiguió la mayor parte de la información de un policía retirado llamado Ismael Aguilera, quien de hecho escribió un libro basado en todos los hechos que observó en esa época, mientras trabajaba como uniformado.
El policía retirado decidió ser testigo y con base en sus declaraciones fue abierta una investigación judicial, que es en la que la Fiscalía de Derechos Humanos se basa hoy.
Los “caramelitos”
El testimonio del policía Ismael Aguilera cuenta que en este lugar llevaban a las personas que habían muerto en Investigaciones. Los envolvían con un trapo que ataban a los dos extremos, y los llamaban “caramelitos”, porque llegaban “ya todos endurecidos; los policías los llevaban al fondo y los enterraban”, detalló Goiburú.
Ahora, el equipo de trabajo está esperanzado en que el ministro de Justicia agilice la transferencia en los próximos días, pues una vez que esta se concrete, arrancarán las excavaciones en Lambaré.
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La transferencia se hace al Centro de Estudios y Promoción de la Democracia, los Derechos Humanos y Sostenibilidad Socioambiental “Heñoi”, con el cual el Ministerio de Justicia tiene un convenio para llevar a cabo estas labores.
Con todos estos procesos, se espera avanzar en el proceso de memoria histórica y reparación en Paraguay, en busca de la verdad y la justicia para los detenidos desaparecidos durante la dictadura.