Fazenda Esperanza: rehabilitación mediante la fe, el trabajo y la panadería

Fazenda Esperanza es un centro de rehabilitación que mediante la fe en Dios, el trabajo y la panadería buscan rescatar a personas adictas a las drogas o que caen en la depresión.

Fazenda centro de rehabilitación para mujeres.
Fazenda centro de rehabilitación para mujeres.gentileza

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Un grupo de mujeres que en su momento cayeron en el vicio de las drogas o la depresión se encuentran en pleno proceso de recuperación en la Fazenda Esperanza, centro de rehabilitación femenino ubicado en la ciudad de Ñemby dónde incluso reciben capacitación laboral a través del Sistema Nacional de Formación y Capacitación Laboral (Sinafocal).

“Fazenda Esperanza es un centro de rehabilitación de mujeres, las chicas pueden venir acá a internarse con sus hijos. Tenemos tres pilares que son fundamentales que son el trabajo, la convivencia y la espiritualidad”, explica Rosa Fernández encargada de la Fazenda Esperanza.

Contó que en Paraguay hay tres Fazendas. Dos masculinas y una femenina. La misma se originó en Brasil, conde existen más de 180 centros de rehabilitación.

“Esto empezó hace 40 años atrás, con el fundador Nelson, que fue junto a uno de los freys en su parroquia. Tras conversar con el frey, encontró a un grupo de jóvenes adictos en una esquina y empezó a vivir la palabra con ellos, con los más alejados de la sociedad, los marginados”, acotó.

Mujeres se internan con sus hijos

Rosa indicó que actualmente doce chicas y dos niños viviendo en la Fazenda. “Tenemos un bebé de 9 meses y la mamá 16 años. Aceptamos personas desde los 15 años, a las chicas”, según precisó.

Agregó que la Fazenda Esperanza es un centro de rehabilitación que vive a través de la providencia y caridad de las personas, además de lo que logran juntar mediante la venta de sus productos panificados en las iglesias.

Rosa Fernández encargada de Fazenda Esperanza.
Rosa Fernández encargada de Fazenda Esperanza.
Inés Acosta interna de Fazenda Esperanza.
Inés Acosta interna de Fazenda Esperanza.

“Es una vida sencilla, dedicada al trabajo, a la convivencia y a la espiritualidad. Amanece, nosotros desayunamos, luego continuamos con la oración de la mañana que hacemos en el santísimo y luego cada uno en sus responsabilidades, que son cosas sencillas de la casa, limpiar, lavar, ir a la huerta, tenemos chanchero también”, ccuenta Inés Acosta, una de las internas que ingresó por depresión.

Sandra Carde interna de Fazenda Esperanza.
Sandra Carde interna de Fazenda Esperanza.

Sandra Carde de 25 años, otra de las internas, contó que llegó hace tres meses a la Fazenda, en muy mal estado debido al abuso de drogas y alcohol por más de siete años. “Super mal llegue, el día a día estoy recuperandome con ayuda de Dios. Yo no creía, yo estaba sin quererle a Dios, sinceramente. Entonces me enfoque muchísimo en que podía cambiar, que si se puede, que todo está en vos nomás luego. Que si querés salir adelante, luchar por tu sueño, podés”, acotó.

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