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Los emisarios enviados por el papa Francisco, desde el Vaticano, deberán interiorizarse del caso de denuncia de acoso sexual realizada por la joven Belén Whittingslow contra el profesor Cristian Kriskovich, de la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción (UCA).
Esta intervención se da luego de que el cardenal Adalberto Martínez solicitara la desvinculación de Kriskovich de la UCA “para tranquilidad de la comunidad educativa”. Sin embargo, esto finalmente no se dio.
Los emisarios designados por el Vaticano son el arzobispo de Río de Janeiro, cardenal Orani Joao Tempesta, y el oficial del dicasterio para la doctrina de la fe, Monseñor Jordi Bartomeu Farnós.
Los mismos tienen la misión de “buscar y ampliar el conocimiento de asuntos relacionados a la Universidad, en particular, a raíz del caso de supuesto acoso sexual a una alumna en el 2014″ señala el documento.
Se aclara también que el objetivo de la misión es estrictamente eclesial y de acuerdo a lo dispuesto con las normativas canónicas.
Envío de emisario del papa: no es el primer caso en Paraguay
Similares decisiones del Vaticano se dieron en el 2014 cuando el obispo de Ciudad del Este, Rogelio Livieres Plano, se declaró en desobediencia a la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP).
Ante esa situación, el Vaticano envió a dos emisarios, encabezado por el cardenal Santo Abril y Castello, para tratar de persuadir a Livieres Plano, quien en ese momento ya manejaba su diócesis de acuerdo a su antojo.
El enviado papal habló con Livieres Plano y remitió un informe al Vaticano. En vista de que no aceptó la sugerencia de los enviados papales, el Santo Padre tomó la decisión drástica de separarlo del cargo y nombró como administrador apostólico a monseñor Ricardo Valenzuela.
Con la nueva decisión del Vaticano, de enviar a dos emisarios, no se descarta que Narciso Velázquez sea apartado del cargo o que renuncie.
¿Cuáles son los pasos a seguir en casos como este?
En los temas de conflicto de la Iglesia Católica, el primer paso que se toma, es tratar el problema en el seno de la institución, en este caso en la Universidad Católica, que tiene como gran canciller a Francisco Pistilli.
Si en esta instancia no se resuelve, el caso pasa a la CEP; si el colegiado episcopal tampoco resuelve, interviene directamente el arzobispo metropolitano que es es el representante directo del Vaticano ante la Iglesia en el Paraguay.
Si Adalberto Martínez no soluciona el inconveniente, su obligación es informar al Vaticano.
Se agotaron todas las instancias para Kriskovich
En una anterior intervención el arzobispo ya había pedido al rector Velázquez y al gran canciller la separación de Kriskovich, situación que al parecer no se concretó, por tanto, el Vaticano, a instancias del cardenal Martínez, solicitó enviados especiales.
Francisco respondió enviando al cardenal Orani Joao Tempesta y a Monseñor Jordi Bartomeu Farnós, que en varias ocasiones ya fue designado para tratar casos de denuncias de abuso sexual.
La intervención del Vaticano cae como un balde de agua fría a la UCA, una meritoria institución que ante esta situación se declaró incapaz de solucionar el caso de denuncia de supuesto acoso sexual.
Una de las razones por las que Kriskovich no estaría siendo apartado de la Universidad Católica obedecería a que si es despedido, debería recibir una millonaria indemnización.