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La ingeniera María Luisa Ramírez fue una de las encargadas de la organización, y destacó que en el primer día visitaron la estancia Palmeiras, que ya lleva años con el cultivo de soja, donde explicaron con fueron aprendiendo a fuerza de inversión, trabajo y convicción de que se puede hacer agricultura en el Chaco. Por la tarde, fueron a la estancia Noroda, en donde se destaco el cambio de mentalidad de una familia con raíces ganaderas que adoptó la agricultura, y que, gracias a esto, han logrado recuperar sus campos enmalezados, además de utilizar los granos para el engorde de animales.
“Al día siguiente, llegamos a la estancia Jerovia, donde el vinculo entre agricultura y ganadería se da de la siguiente forma: durante 3 años apuestan a la agricultura y luego 2 años apuestan a las pasturas en el mismo campo, y así sucesivamente, logrando una recuperación de suelo y buenos rendimientos en granos”, confirmo la ingeniera Ramírez.
Casi nulo uso de fertilizantes
Otra de las principales novedades de las que se habló durante la jornada es el casi nulo uso de fertilizantes en el suelo, debido a la gran cantidad de nutrientes con que cuenta el suelo chaqueño, y que le genera un ahorro importante en insumos a los productores a la hora de la siembra, confirmó nuestra entrevistada. Se estima que este año la soja estaría ocupando 70.000 hectáreas en el Chaco y que el próximo año llegaría a 80.000 hectáreas.