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En el pabellón de mujeres de Cereso, un montón de madejas de lana e hilo se apilan sobre la mesa para comenzar la jornada de aprendizaje y práctica. Su artífice es Alcira Peralta, que aprendió el arte del crochet en el proyecto de artesanas impulsado por la Cruz Roja durante su estadía en la penitenciaría Casa del Buen Pastor y ella traslada sus conocimientos a las otras mujeres.
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Según nos informaron en el marco del trabajo de las internas se pueden apreciar ponchos, gorras, peluches y vinchas de lana como algunos de los accesorios que comprenden esa lista de artículos que están a disposición para la venta.
Los precios oscilan entre G. 30.000 y G. 120.000 (dependiendo del tamaño y la complejidad de los diseños). Los mismos combinan creatividad y color a puertas cerradas durante 8 a 15 horas diarias de trabajo, hilando los productos con nuevas historias de vida inspiradas en la moda y las tendencias.
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Este grupo de trabajo se conformó hace mes y medio a sugerencia de la encargada penitenciaria del área de mujeres Perla Mareco, para rescatar la dignidad y promover la reinserción social con muchos nuevos conocimientos de un oficio de salida rápida e independiente. La coordinación de la actividad es responsabilidad del coordinador Hugo Riveros, quien además de conseguir la donación de materia prima de Casa San Pablo Bazar, va tras alguna institución que concrete una marca penitenciaria con la promoción y financiación de los productos en tejido.
Las personas interesadas en adquirir estos productos por el Día de la Madre próximo, contactar al celular de Hugo Riveros coordinador (0985) 156-808.
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