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En 2005, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) falló en contra del Estado paraguayo, obligándolo a mejorar las condiciones del vida de los Yakey Axa, del Pueblo Enxet. La restitución de sus tierras ancestrales se cumplió en 2012 y la comunidad se asentó en Presidente Hayes, a poco más de 80 kilómetros de Concepción.
Sin embargo, desde entonces los últimos gobiernos, colorados, no cumplieron la mayoría de los compromisos y las familias están casi en total aislamiento, ya que lo principal, un camino de 33 kilómetros, hasta ahora no se termina.
El camino debería ir desde la ruta Pozo Colorado - Concepción, hasta la entrada de la comunidad. Esto también permitiría que, mediante caminos internos, se pudiese llegar a otras comunidades indígenas, como la aldea Karaja Vuelta, de los Kelyenmagategma del Pueblo Enxet, hoy aislados debido a las inundaciones.
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La abogada Julia Cabello, de la organización Tierraviva, que acompaña el proceso ante la CIDH, explicó que la elaboración del camino pasó por distintas dificultades, incluida la necesidad de expropiar parte del tramo. Finalmente, el Ministerio de Obras Públicas (MOPC) llamó a licitación el trabajo y, a la vez, se comprometió a confeccionar con sus propias máquinas y funcionarios, los caminos internos.
Indígenas alquilan tractor para llegar hasta la ruta
Pero nada pasó, cuenta el líder Yakey Axa, Aníbal Flores. La contratada por el MOPC empezó la obra hace 3 o 4 años y nunca la termina. Se hizo un enripiado en los primeros 13 kilómetros y el resto es tierra. Incluso el camino se partió con las lluvias y actualmente hay como un arroyo que lo cruza, lo cual complica aún más pasar por allí.
Hoy, entrar y salir de la comunidad, con más de 51 familias, es un suplicio. Flores explica que cuando tienen urgencias médicas o necesitan buscar víveres, alquilan un tractor, que les cuesta G. 2.500.000. Lo suelen usar a crédito y ya deben unos G. 45 millones, dijo.
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El profesor Isidro Colmán, de Concepción, atraviesa dos veces por semana el camino a bordo de su moto, en una especie de rally, para poder enseñar a unos 40 alumnos de la escuelita, que no es más que un tinglado, pupitres y un pizarrón.
En días de lluvia intensa, los indígenas tienen que estirarse de una soga, cuidándose mutuamente, para avanzar en el camino sin ser arrastrados por la corriente.
Mujeres dieron a luz sin asistencia por pésimas condiciones del camino
Flores contó que varias mujeres dieron a luz en medio del camino y un niño llegó a fracturarse. “Jetu´u realmente. Las mujeres tienen sus hijos en el camino hacia el hospital, no podemos salir rápido. Es muy difícil”, dice el líder.
“El problema mayor es el camino, que está muy atrasado y atrasa la educación, la salud, el trabajo de la comunidad”, lamenta Flores.
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