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Una práctica que ya tiene años de historia en el microcentro de Asunción es el robo de tapas de registros. Si bien no es algo nuevo, lo llamativo ahora es que ahora hay cada vez más registros destapados, generándose así enormes pozos que los transeúntes deben sortear, para evitar caer y fracturarse una pierna.
Con la vista gorda de las autoridades competentes, que ni atrapan in fraganti a los ladrones ni reponen las tapas robadas, la situación se convierte en una trampa mortal para los transeúntes.
Prácticamente, no hay una sola tapa que se salve, y estos agujeros dejan no solo veredas en mal estado, sino rampas inútiles.
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La gente se ingenia para “señalizar”, pozos
En un ingenioso intento de “autogestión”, quienes viven o trabajan en la zona rellenan con piedras estos pozos para, por lo menos, avisar de alguna manera a la gente que no caiga en estos huracos.
Ninguna cuadra se salva de este lamentable panorama, y la consigna para el ciudadano de a pie es “sálvese quien pueda”.
Una de las trampas mortales está en las calles Eligio Ayala y Caballero, en la esquina de Migraciones, donde pasan varias líneas de colectivo.
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Adictos hurtan tapas, según la Policía
La pregunta que surge es quién compra estos materiales hurtados. Un equipo periodístico de ABC TV acudió hasta la Comisaría Tercera Metropolitana para trasladar esta pregunta a la Policía.
Los efectivos informaron que las tapas hurtadas se reducen en el microcentro de Asunción, y que los autores serían adictos de la zona a quienes “ya se tiene fichados”.
Aseguraron que es “cuestión de días”, para que se los atrapen; sin embargo, los robos vienen desde hace años.