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Ubicada sobre la calle Herrera entre Tacuarí y Estados Unidos, esta hermosa casa de un estilo muy particular llama la atención de muchísimos habitantes del centro, o personas que a diario caminan por la zona o simplemente utilizan alguna de las tantas líneas de colectivo que salen del centro histórico por esa calle.
Lo que pocos saben, es en esa casa estuvo hospedado nada más y nada menos que un miembro de una de las familias reales europeas.
Juanma Talavera García, Historiador del Arte, cuenta que en los años setenta del siglo pasado, la casa fue adquirida por su abuelo, por lo que conoce perfectamente hasta los últimos rincones de esta lujosa vivienda, y algunos hechos muy particulares, como el de haber servido de hospedaje para un príncipe.
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Casa de la familia Palazón
Según los datos a los que pudo acceder Talavera García, la casa fue construida en la década de 1940 por el arquitecto italiano Ferruccio Corbellani, quien fue formado en Milán y que estuvo por nuestro país por ese tiempo para participar de la construcción de otro emblemático edificio asunceno: el del Banco del Paraguay, hoy Banco Nacional de Fomento.
Para Talavera García, experto en Historia del Arte, formado en Francia, este edificio tiene cierto parecido con otros edificios del mismo autor construidos antes en Buenos Aires, por donde también estuvo trabajando.
La casa perteneció a la familia Palazón, desde su construcción hasta su venta a la familia de su abuelo, de nombre Roberto García Pérez, un ganadero de Concepción, en los años setenta.
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Una casa histórica y un príncipe usando un pocho
Cuenta Talavera García que en una gira que realizó en 1959 el príncipe Bernardo de Holanda, la casa fue puesta a su disposición para hospedaje por unos días, quien tuvo la residencia entera para él y que fue elegida por algunas de sus particulares características.
Una de ellas es que era una de las únicas casas de la época en Asunción que contaba con una piscina y según pudo conocer Talavera García, un sistema de aire acondicionado, algo sumamente necesario para alguien que viene de Europa.
Cuenta Talavera García que durante su estadía, el príncipe recibió como obsequio de parte de la Asociación de la Prensa del Paraguay, un poncho para’i, típicamente paraguayo. Esto está relatado, asegura, en el libro sobre Luis Alberto del Paraná de Bernardo Garcete Saldívar.
Incluso hay fotos que atestiguan ese momento en el que, entregado el obsequio, el príncipe se lo pone inmediantamente.
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Más particularidades de la casa
Cuenta García Talavera que la casa tiene una particularidad, y es que la fachada frontal de la casa no es tan espectacular como la que da al patio interior de la misma.
“Tiene un comedor de forma semicircular, sobre la cual se encuentra una terraza que da al patio, y de ella bajan dos escaleras en torno a la estructura”, cuenta Talavera García.
Asegura también que la casa sufrió alteraciones, como por ejemplo en la piscina, que en sus orígenes tenía un borde más elevado en piedra, algo que actualmente ya no se vé. Además, en la fachada frontal un jardín interno que hoy fue convertido en una rampa para ingresar vehículos.
“En planta baja estaba la sala que tenía unos techos con molduras, arañas que colgaban de esas molduras. Era bastante refinada, había estatuas de mármol, muebles con mesadas de mármol”, cuenta, al tiempo que explica que era una casa a la altura del huésped que recibió.
El estilo arquitectónico de la casa
Como Historiador del Arte, Talavera García explica que tiene tímidos rasgos de Art Decó, algo característico de la arquitectura de lo que se denomina el patrimonio “modesto”, es decir, aquello que no corresponde a grandes construcciones, y donde hay menos posibilidades de utilizar las características del estilo.
Asegura Talavera García que también es característico de la arquitectura en Paraguay lo que se denomina el eclecticísmo, es decir, mezclar distintos elementos de distintas corrientes artísticas. Señala que hay elementos que lo vuelven más cercanos al Art Decó.
Estado actual de la casa
Talavera García maneja la información que los actuales dueños de la casa, que al parecer adquirieron recientemente la casa empezaron al menos un trabajo de limpieza del frente de la casa, que durante muchos años fue utilizado por personas desconocidas como aguantadero y por sobre todo como vertedero clandestino.
Asuncenos son expulsados del centro
Cuenta, como anécdota, que uno de los motivos por los cuales en el año 1995 sus abuelos terminaron vendiendo la casa y abandonando el centro es el hecho de que se haya eliminado el estacionamiento a los frentistas sobre la calle Luis Alberto de Herrera, lo que los obligaba a estacionar muy lejos de sus casas.
Esto sumado al constante paso de colectivos, fue deteriorando la calidad de vida de los habitantes del centro.
La casa es patrimonio declarado por Cultura
Según registros que obran en la Municipalidad de Asunción, la vivienda de la Familia Palazón- Alcina cuenta con dos resoluciones de la Secretaría Nacional de Cultura por la que tiene carácter de Patrimonio Cultural Protegido.
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