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El agua, el pasto, los zapatitos y la cartita. Cuatro elementos infaltables en las noches del 5 de enero en todo hogar que se jacte de amar a un niño.
Ningún dinero en el mundo puede pagar esa sonrisa y ese brillo en los ojos, cuando a pequeñitos de todas las edades se les cuenta que los Reyes Magos vendrán del Oriente montados en sus camellos, a dejarles ese regalo que han soñado.
Incluso ya siendo adultos no se nos olvidan esas cosquillas en la panza y ese insomnio antes de acostarnos, la noche en la que sabíamos que al amanecer, encontraríamos nuestro regalito en la ventana.
Ayudantes de los Reyes
Por si los Reyes tienen mucho trabajo y no les da tiempo de pasar por los hospitales, los doctores de la Fundación Payasonrisa están listos y prestos para donar su tiempo y ser los Reyes Magos vestidos de blanco, que lleven magia e ilusión a cada camilla donde haya un chico ilusionado esperando su regalito.
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Los “doctores” de la Fundación Dr. Payasonrisas son maravillosas personas que donan su tiempo y recorren hospitales, entregando amor, esperanza y felicidad a los peques. Además del regalo material, llevan contención emocional no solo a los niños, sino a los familiares y al personal de salud.
Los sectores de Pediatría, Urgencias Pediátricas, Oncopediatría y Neonatal, del Hospital Regional de Luque y del Hospital Regional de Caacupé serán los visitados por los “Paya Reyes Mágicos”, que además les llevarán una obra de teatro llamada “Los Reyes Mágicos”.
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Una terapia integradora y sanadora
Además, los doctores de la alegría llegarán a otros Hospitales Pediátricos en Central, Alto Paraná, Concepción, Pedro Juan Caballero y Hospitales del interior.
Las intervenciones de Dr. Payasonrisa son de vital importancia para la salud, pues cooperan directamente con los profesionales de blanco en el bienestar emocional de cada paciente y su entorno directo.
El abordaje no es solo al paciente, sino que incluye al médico, a la familia y al equipo de salud. La estrategia de trabajo es una terapia integradora, activando la risa como herramienta fundamental para la aceptación positiva de la internación, la recuperación emocional y espiritual.