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La actividad se llevó a cabo el pasado fin de semana y los vecinos de la comunidad San Cayetano, más de cincuenta familias, se organizaron desde hace dos meses atrás para coordinar la participación de niños y jóvenes en el Pesebre Viviente que tiene 36 años de vigencia.
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“El objetivo principal es mantener viva la tradición y que las nuevas generaciones, nuestros hijos, niños y jóvenes, se involucren y entiendan el verdadero sentido de la Navidad”, afirmaron Adriana y Marta Fleitas, coordinadoras.
Este gigantesco Pesebre Viviente solo tuvo una pausa durante el año 2020 a causa de la pandemia del virus del covid-19. En 2021 retomaron la actividad.
Los pobladores también siguen practicando la “Navidad en familia”, que cosiste en la visita de casa en casa, para compartir lecturas bíblicas y reflexionar sobre las misma. La culminación de esta actividad es el Pesebre Viviente donde recrean el nacimiento humilde y sin lujos, del Niño Dios.