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Cada 1 de diciembre se recuerda el Día Internacional de la Lucha contra el VIH, un virus muy temido, al punto de que en décadas pasadas familias enteras excluían al paciente y lo condenaban a vivir el calvario en soledad. Blas sufrió eso en carne propia por parte de sus hermanos; sin embargo, su esposa lo acompañó hasta el final.
“Me porté mal, no respeté muchas promesas que hice y anduve en malos pasos”, contaba Blas a todas las personas que podía, porque decía que su testimonio de vida a alguien tenía que servir para que no pase por lo mismo.
Mientras trabajaba en el vecino país comenzó a perder peso de una manera que nadie podía creer, otros malestares se presentaban día tras día, hasta que decidió volver a Paraguay porque temía lo peor.
No le contó a su familia de sus sospechas. Un día salió de su casa, se despidió de su esposa y de su única hija. Fue a Lacimet, sobre la avenida Venezuela, donde le hicieron el test de Elisa y le dieron, como decía él, una “sentencia”.
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Aquel día llegó y el resultado dio positivo
Blas salió del centro asistencial con un solo objetivo: dejar de vivir y que su familia no se entere de nada, así que subió al primer colectivo que pasó frente a él. Fue a inicios de la década de los ‘90.
“Me senté y le hablé a Dios. Le dije que iba a tirarme del colectivo, para que todos crean que fue un accidente, pero que le iba a dar una oportunidad para que me demuestre si realmente existe. ‘Dame una sola razón para vivir y no me tiro’”, contaba siempre Blas, con lágrimas.
En ese mismo momento escuchó la voz de una mujer que estaba sentada en la última fila del bus que le llamaba a su hija. La niña tenía el mismo nombre que la hija de Blas.
Su hija tenía 5 años y él la quería ver cumplir 15 años, bailar el vals con ella, por lo que pidió seguir con vida y fuerzas por 10 años más. Fue la razón por la que él no se tiró del colectivo, decidió contarle la verdad a su familia y emprender un camino de lucha para que muchos conozcan su historia de vida y sobre la enfermedad.
Su esposa e hija lo perdonaron y lo acompañaron hasta el último día, mientras él, hasta donde le dieron las fuerzas, recorría colegios, iglesias y se acercaba a quien podía para hablar sobre el VIH, romper tabúes, dar su testimonio de vida y agradecer por la oportunidad que Dios le dio de ver crecer a su hija, de bailar con ella el vals de los 15 años.
Blas había pedido vivir hasta que su hija cumpla 15 años, pero vivió un par de años más. Él decía que tenía que aprovechar cada día para que muchos jóvenes estén informados sobre el VIH, porque estaba viviendo “de yapa” y eso debía ser compensado.
Falleció un día de sol, como siempre pidió, en el año 2004. Mientras era llevado hasta su última morada fue acompañado por muchas personas que en los últimos años formaron parte de su entorno, su nueva familia, como le gustaba decir, y aquellos a quienes les llegó al corazón y la conciencia con su testimonio de vida, con sus folletos, libros y charlas sobre esta enfermedad de la que no todos conocían realmente, pero que gracias a Blas se enteraron de cómo cuidarse, de los síntomas y de que -por ejemplo- no se contagia por tomar tereré con una persona enferma o por pasarle la mano.
Blas siempre instó a los jóvenes a la abstinencia y la fidelidad a la pareja como medidas para evitar contraer la enfermedad. Decía: “Es mejor que un preservativo, pero esa es la tercera opción, aunque tiene sus riesgos, no se olviden”.
Su legado quedó marcado en la vida, la memoria y el corazón de quienes compartieron con él aquellos años que Dios le regaló.
El test de Elisa
- El test de Elisa sirve para conocer el estado serológico de una persona
- Debe ser voluntario y confidencial
- La prueba no debe ser obligatoria para ingresar, permanecer o continuar en un puesto de trabajo; ello está prohibido por Ley Nº 3.940/09
- El diagnóstico temprano abre la puerta a un tratamiento oportuno
- No se requiere estar en ayunas ni de una orden médica
- Los resultados son confidenciales
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Pruebas rápidas para diagnóstico del VIH
En Paraguay, el Ministerio de Salud cuenta con 1.041 servicios disponibles en las Unidades de Salud de la Familia (USF), en hospitales distritales, regionales y especializados.
El test de Elisa es gratuito y los resultados se entregan en el día.
El virus de la inmunodeficiencia humana ataca el sistema inmunológico del cuerpo. Si el VIH no se trata puede causar sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
No hay en la actualidad una cura eficaz. Una vez que se contrae el VIH, se lo tiene de por vida.
El sitio donde se puede acudir para recibir orientación y todo tipo de información es Pronasida, ubicado sobre la avenida Venezuela casi Florida, en el barrio Jara de Asunción, y tiene habilitado el número (021) 204-604.