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La abogada defensora del constructor de piscinas Máximo Rivarola Oviedo, denunciado en febrero de este año por presuntas estafas a personas a quienes les cobraba, pero no terminaba los trabajos, se presentó este jueves en nuestra redacción acompañada de su cliente Claudia Gómez, pareja de Rivarola, quien también fue señalada por supuestamente formar parte de un esquema en el que estafaban a las personas, comprometiéndose a la construcción principalmente de piscinas y quinchos, y no terminaban las obras.
La defensora Sonia Bernal señaló a ABC Color que a raíz de las publicaciones periodísticas acudió a cada una de las fiscalías zonales donde están asentadas las denuncias sobre supuestas estafas.
“Con lluvia no se puede trabajar”
La defensora explicó que las personas firman un contrato de construcción con el señor Máximo Rivarola Oviedo por determinado monto. Pero “a las personas les cuesta entender que en los días de lluvia no se puede trabajar, y es allí que viene el problema. El cliente no entiende que cuando la tierra está húmeda no se puede pegar azulejos ni avanzar”, indicó la jurista.
Ese, según la abogada, es el origen de las quejas. “Al molestarse, los clientes le decían que si no venía a construir ese día la piscina, luego ya no aparezca y que lo denunciarían. Entonces prohibían la entrada al lugar de la construcción y empezaban a escracharle en redes, antes de denunciarle en la Fiscalía”, relató la defensora.
“Es un asunto civil”
La abogada criticó que las denuncias en la Fiscalía no tienen sustento, pero “como la Fiscalía es gratis, uno va, denuncia, lleva su contrato de obra e ingresa la causa como estafa, pero después del proceso se encuentra que en realidad es un asunto que se tiene que dirimir en lo civil”.
Según la abogada Sonia Bernal, todas las demandas por supuesta estafa “no corren, pero tampoco se disuelven, simplemente no tienen salida, porque la fiscalía no puede continuar”. “El denunciante deja abandonada la carpeta y queda allí. Yo estoy revisando cada carpeta y viendo si tiene salida procesal. No hay ninguna que fue a juicio oral o en la que el señor Máximo Rivarola haya sido condenado”, indicó la abogada.
Añadió que la Fiscalía está obligada a sacar un documento donde notifique a la persona que el proceso no va a correr por Ministerio Público, sino por estrado civil.
“Si la persona quiere hacer valer esto como delito penal, primero tiene que ir a disolver su contrato por lo civil para luego continuar. Pero teniendo contrato civil no puede proseguir como estafa”, continuó detallando Bernal.
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“Las obras se hacen”, asegura
Añadió que no hay una sola obra que no se haya hecho. “Las obras se hacen, otra cosa sería si ellos (la pareja) firman contrato, agarran el dinero y desaparecen. Algunas obras se terminaron y en otras les prohibieron la entrada. Los clientes se enojan y dicen que se quede nomás así el trabajo y no vengan más (los constructores)”, detalló la defensora.
En tanto, mencionó que el dinero no se le devuelve al cliente porque los pagos “se hacen por etapas”. “Si no abonan para continuar a otra etapa, queda trabado el trabajo”, explicó.
Por otro lado, detalló que cuando culmina el tiempo establecido en el contrato, y por días de lluvia no se pueden terminar, ellos llaman al cliente a una mediación en el Poder Judicial, pero en la mayoría de los casos “no quieren aceptar”.
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“Algunos clientes ya se aprovechan”
Reclamó que debido a las denuncias que se publicaron sobre supuestas estafas “los clientes ya se aprovechan, queremos solucionar, terminarles el trabajo, pero ellos denuncian estafa y asociación criminal, denuncian como algo penal, mucho más grave de lo que en realidad es”. “Hacen publicaciones que perjudican a mis clientes como trabajadores”, reclamó Bernal.
Aseguró que en el caso de un cliente solo se le tenía pendiente la terminación de una piscina, por valor de G. 2 millones. Sin embargo, el cliente pidió como resarcimiento la suma de G. 20 millones.
“También se avivan los clientes, y a nosotros también nos amenazan. Nos dicen hasta acá nomás ya, se quedan con nuestras herramientas, nos prohíben el acceso. Somos denunciados, pero también afectados”, insistió la abogada.
En el contrato se estipula ocurrencia de lluvias
La abogada aclaró que en el contrato se estipula que si hay días de lluvia no se puede trabajar, “pero igual los clientes no quieren saber nada”.
Sonia Bernal aseguró que sus defendidos siempre proponen terminar el trabajo, pero los clientes se cierran.
“Yo estoy solicitando la desestimación de las denuncias porque no corresponden a un delito penal. Nunca tengo respuesta porque supuestamente la fiscala no tiene tiempo, ya que no son delitos graves y están encajonados”, describió la abogada.
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Antecedentes
Numerosos ciudadanos que fueron víctimas del supuesto constructor de piscinas Máximo Rivarola Oviedo, se unieron para llevar adelante una denuncia por presunta estafa en contra del hombre, que causó un perjuicio estimado en al menos G. 2.000 millones en total, al cobrar supuestamente a incautos que lo contrataron de buena fe por obras que nunca concretó, dicen.
Como venían recibiendo denuncias desde, por lo menos, el año 2015, lo que hacían para seguir captando víctimas sin ser descubiertos era supuestamente cambiar permanentemente de “nombre de empresa”, abriendo una nueva página en Facebook con otra identificación comercial. También, según presunciones, cambiaban de número de teléfono, pues debían desaparecer de los antiguos estafados sin dejar rastro.