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La jueza penal de garantías de Limpio, de turno en la oficina de atención permanente, Elsa Idoyaga de Aguilera, realizó anoche la audiencia de imposición de medidas a Aida María Villalba, investigada por la muerte de Javier Ibarra, y posteriormente decretó su prisión preventiva en el correccional de mujeres El Buen Pastor u otro recinto más adecuado. Actualmente, está detenida en el Departamento Judicial de Mujeres de la Policía Nacional, a la espera de su traslado.
La jueza de garantías informó a ABC que la diligencia se inició cerca de las 19:00 en el Palacio de Justicia de San Lorenzo, pero luego la imputada se descompensó y fue trasladada al Hospital de Clínicas.
“Luego fui con la actuaria, un médico forense y este dictaminó que se encontraba bien y podíamos seguir con la audiencia”, explicó la jueza.
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Añadió que se retomó la audiencia ya cerca de las 23:00. La magistrada indicó que otra cuestión que tuvo en cuenta para su fallo es el hecho punible de hurto especialmente grave -cuando se hurta un arma de fuego- y que la expectativa de pena de este va de uno a 10 años de privación de libertad.
“Además, el abogado de Aida María Villalba (Avelino Britos) no presentó ninguna garantía real ni personal, así como tampoco certificado de vida y residencia de la misma, por lo que decreté la prisión preventiva, porque existe peligro de obstrucción y de fuga, y tampoco hay arraigo”, señaló Idoyaga, pese a que la Fiscalía solicitó el arresto domiciliario de la mujer.
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Hipótesis en relación a trabajadora doméstica
La joven Aida María Villalba se desempeñaba como empleada doméstica en la casa de Javier Ibarra, exfiscal antidrogas y antisecuestro y exviceministro de Seguridad Interna, quien fue encontrado muerto en la cocina de su casa del barrio Universitario de San Lorenzo, el viernes en horas de la mañana, por Villalba y el casero, Máximo Torres Amarilla (63).
El cuerpo de Javier Ibarra tenía un orificio de entrada en la cabeza, en el lado izquierdo de la frente, producto de disparo de arma de fuego. En la autopsia se extrajeron dos proyectiles calibre 22 que ingresaron uno tras otro, según habían informado fuentes.
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Policías de Criminalística levantaron muestras de las manos de Ibarra, Villalba y Torres por medio del Dermotest para la aplicación de la técnica de nitritos y nitratos a modo de detectar la presencia de antimonio, plomo y bario en sus manos.
Según se señala en el informe de Criminalística al que tuvo acceso este diario, los valores máximos en el cuerpo son de 20 µg/L (microgramos por litro) de plomo, 32 µg/L de antimonio y 500 µg/L de bario.
Mediante el análisis técnico-científico se constató que Javier Ibarra tenía 17,2 µg/L de antimonio y 76,1 µg/L de plomo en la mano izquierda, mientras que en la derecha se detectaron 43,9 µg/L de antimonio y 1557 µg/L de plomo. Precisamente, este último valor es el que reavivó la hipótesis de una autoeliminación.
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En Máximo Torres, los niveles estaban en ranto, no así en Aida Villalba, en cuya mano izquierda se hallaron 217 µg/L de antimonio, lo que levantó las sospechas de que ella pudo haber contaminado la escena al, supuestamente, hacer desaparecer el arma de fuego consistente en una pistola tipo Colt, semiautomática, negra, de bolsillo, y una vaina calibre 22, así como la bandolera.
Todos estos elementos llevaron a esa hipótesis a los fiscales Gerardo Mosqueira, Julio Ortiz y Andrés Arriola, este último especializado en Crimen Organizado, para formular la imputación por el hecho de hurto especialmente grave.