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Edmundo Valenzuela, arzobispo emérito de la Santísima Asunción, celebró hoy la última misa en el marco de los festejos por María Auxiliadora. La celebración eucarística fue en la parroquia céntrica ante gran cantidad de fieles.
Monseñor Valenzuela inició la celebración litúrgica con el agradecimiento al Papa Francisco por el regalo de nombrar al arzobispo de Asunción, monseñor Adalberto Martínez como primer cardenal paraguayo, lo que representa un orgullo para la comunidad católica en nuestro país.
Como es costumbre del religioso, aprovechó la homilía para hablar sobre la realidad paraguaya y de las grandes necesidades existentes en todo el territorio nacional.
El prelado, destacó en cierto momento que en el Paraguay “estamos viviendo un constante auge de la corrupción en todas sus formas”.
El representante de la iglesia agregó que genera tristeza la vigencia del sicariato impune que, según sus palabras “es apoyado por políticos inmorales”.
“Nuestras autoridades, preocupadas por el proceso electoral parecen desinteresadas del bien común, de la justicia y de la verdad. Enfrascados en luchas partidarias, dan un pésimo ejemplo por el auge de la violencia, del narcotráfico, del contrabando y toda criminalidad”, refirió en su mensaje a la feligresía.
Esperanzas de la iglesia
Valenzuela agregó que muchos de los sectores de la sociedad esperan angustiados soluciones adecuadas a su situación de vida, de trabajo.
“Ojalá que después de la pandemia, de la larga sequía, se vea renacer el mundo de trabajo para todos, una economía más para el bienestar de las familias y de los pobres; la agroganadería que respete las normas ambientales, la salud pública para todos, la educación de calidad sin imposiciones arbitrarias como se está queriendo hacer en la llamada transformación de la educación, con ideologías de género, en vez de centrarnos en los valores de la cultura paraguaya y en la familia”, enfatizó.
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En otro momento de su homilía, Valenzuela indicó que en Paraguay “sufrimos la pérdida de la honestidad, de la rectitud moral, del buen manejo de las cosas públicas. No paran los abusos de niños, aumentan nuevas adicciones además de drogas; las adicciones al sexo, a la pornografía, al internet, al celular, al juego, al alcohol. Aumentan también los que sufren todo tipo de depresión y hasta quienes atentan contra su vida”.