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El monje Wilber Mendoza señaló que los cantos de los estacioneros es un género único y anónimo, y que sólo existe en el Paraguay. “Constituye parte de lo que se viene a llamar como patrimonio intengible de la Iglesia y la cultura paraguaya que debemos conservar y transmitir”, dijo el padre Mendoza.
Añadió que con relación a su naturaleza se puede afirmar que aunque se canta en coro, no es -sin embargo- un canto que invite a la asamblea litúrgica a seguir activamente. Más bien está compuesto para ser acogido y escuchado en comunidad.
En cuanto a su uso litúrgico, el padre Mendoza dijo que los cantos de los estacioneros corresponden más al ámbito de la piedad popular. Esto quiere decir que no necesariamente ha de considerare como litúrgico, no por eso es de menor valor.
“Su índole es más bien para-liturgico; es decir, cumplen la función de preparar o prolongar la acción litúrgica. En otra palabra, crea un ambiente sensible y afectivamente favorable para la celebración del misterio de la pasión y muerte del Señor Jesucristo.
Por ese motivo, su lugar propio es el vía crucis o la popular celebración de las Siete Palabras o bien cuando se hace la procesión con Cristo en sus distintos pasos de la Pasión. Puede usarse durante la adoración de la cruz, mientras los fieles realizan el tradicional tupãitu, precisó el monje.
Subrayó que puede usarse como canto de entrada, pues la liturgia pide que este día, el Viernes Santo, se inicie con un profundo silencio y la postración del que preside la asamblea litúrgica del Viernes Santo.
El Monasterio San José funciona en Santa María de Fe, departamento de Misiones. Los monjes llevan una vida contamplativa de oración y de trabajo.
Santa María de Fe se encuentra a 242 kilómetros al sur de Asunción y a 12 kilómetros de San Ignacio. Para llegar a la localidad hay una entrada sobre la ruta PY01 Mariscal López en el kilómetro 230 conocido como cruce Santa María. Quienes vienen de Asunción deben doblar a la izquierda al llegar al cruce y los que vienen de Encarnación hacen un giro a la derecha. La ruta a Santa María es asfaltada.