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Casi la mitad de todos los embarazos son no intencionales, una crisis mundial, afirma nuevo informe del UNFPA presentado en Panamá y seguido en forma virtual.
Casi la mitad de todos los embarazos en el mundo, un total de 121 millones, son no intencionales. Para las mujeres y las niñas afectadas, la decisión reproductiva más trascendental de su vida –si quedar o no embarazadas– no es una opción en absoluto, explica el informe.
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La doctora Virginia Camacho, asesora regional de Salud Sexual y Reproductiva del UNFPA, presentó el informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas; mencionó que los métodos anticonceptivos elegidos en América Latina más solicitados son la píldora y la esterilización voluntaria.
Explicó que la pandemia limitó el acceso a la planificación familiar, y mencionó que más de 15 millones de personas enfrentarían embarazos no intencionales en el mundo; el covid-19 interrumpió el acceso a la planificación en un 44%, según estimó.
Invisibles que afectan a la salud pública
Enfatizó que “necesitamos terminar una invisibilidad y queremos convocar a actores claves para convencer a nuestras comunidades de esta crisis, resaltar los costos del embarazo no intencional que impacta a salud pública”.
Agregó: “Es imperioso incluir a las mujeres en el diseño de las políticas, que respondan a las necesidades de las mujeres, incluidas las adolescentes. Debemos valorar a las mujeres y a las niñas; el embarazo ha sido una crisis invisible desde hace mucho tiempo”.
Otro aspecto que abordó la doctora Camacho es que las adolescentes tienen que tener un marco regulatorio que les permita ejercer sus derechos, derecho a información, educación y anticoncepción.
Una segunda intervención enunciada fue “el acceso a educación integral de la sexualidad durante todo el periodo escolar, de acuerdo a la edad, que siga estándares internacionales, con foco en derechos humanos y la igualdad de géneros. Todo esto permite tener información y las mejores decisiones sobre sexualidad”.
En cuanto a los países que tienen marcos legales, mencionó a Argentina y México, pero la mayoría de los países de América Latina no los tienen.
¿Cómo empezar?
Aconsejó el empoderamiento de las niñas, el acceso a educación de calidad.
“La incidencia de la edad, en menores de 20 años, tiene un aumento importante en nuestra región América Latina, después de África subsahariana”, acotó.
Abordó también el hecho que un embarazo no intencional “puede ser un embarazo por descuido, y que las personas sienten que no era el momento para embarazarse. Es generalmente resultado de una coacción sexual, la persona no desea el embarazo”, explicó.
La especialista respondió a ABC Color que cuando hay opiniones contradictorias, como por ejemplo los prejuicios atribuidos a la cultura o la religión, se recurre a las evidencias científicas.
“Yo soy médica y desde el espacio de mi esperticia en mi trabajo lo único que guía son las evidencias científicas que nos dan el camino por donde debemos ir”.
Y continuó, “no es una lucha en contra, sino utilizando la evidencia científica, provocar un diálogo con los grupos que no están de acuerdo porque no tienen toda la información y evidencia”.
Según la doctora Camacho, no se puede negar la verdad epidemiológica. “La situación de salud está definida por la evidencia, estos son los datos, las investigaciones. Y las políticas que se diseñan en los países tienen que estar orientados por la mejor evidencia científica, mostrar esta evidencia a todos los grupos”.
La brecha educativa de la mujer y los costos
Por su parte, Federico Tovar, asesor regional de Aseguramiento de Insumos de Salud Sexual y Reproductiva del UNFPA, refirió que la brecha educativa se ejemplifica en que 2,8% mujeres de las embarazadas -sin intención- tienen título universitario.
“Una mujer que pospuso su maternidad unos años hasta culminar su carrera ganará un promedio de 660 dólares más. Esto significa poder comprarse una casa o no, dejarle algo a sus hijos o no, generar un capital y tener seguridades para las nuevas generaciones”, expuso.
“Si sumo estos componentes, estos países pierden 9,6 millones de dólares como oportunidades”.
El costo de oportunidad del embarazo en la adolescencia en Paraguay se estima en un 0,35% del producto interno bruto”, demostró.
Genera más costos y pérdidas de vidas productivas que afectan a familias y a la economía. Por último señaló: “Con muy poco dinero se puede acceder a los métodos anticonceptivos, con educación, es una oportunidad en Latinoamérica con poca inversión”.