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Petropar también está analizando una posible suba de los precios de los combustibles, cuyos precios no serán subvencionados, como el caso de la nafta de 97 octanos y el diésel premium. Es que la petrolera del estado sólo estará subsidiando los precios de los precios de la nafta de 93 octanos y el diésel tipo III común, lo cual fue aprobada a través de una ley, promulgada la semana pasada.
“Estamos evaluando el mercado internacional, veremos qué pasa”, expresó el director de gabinete de la presidencia de la estatal, William Wilka, cuando se le consultó si estos combustibles no subsidiados incrementarán sus valores en los servicentros del emblema público.
Asimismo, señaló que solo los combustibles subsidiados podrían mantener sus precios (diésel y nafta 93), al menos por ahora, pero aclaró que la no variación de los valores de estos productos dependerá de la cotización internacional.
Según la normativa promulgada el viernes último, el subsidio a la estatal podrá ser solo hasta el 30% de la estructura de costos de Petropar, lo que significa que la subvención por cada litro de carburante, teniendo en cuenta los precios internacionales actuales, puede llegar hasta G. 2.536 por litro de diésel o nafta común. Esto si Petropar quiere mantener los valores actuales al público. Si se pasa el 30%, la diferencia se trasladará al consumidor final.
Además, la normativa que subvenciona a la petrolera solo tendrá una duración máxima de tres meses y si el petróleo no baja en este plazo, tendrá que subir sus precios igual que los privados.
Vende hasta G. 2.500 más barato que privados
La mayoría de los servicentros privados volvieron a subir los precios de sus combustibles desde la fecha. El incremento de las naftas será de G. 1.000 por litro, mientras que el diésel tendrá un aumento de G. 1.500.
Las estaciones particulares están vendiendo carburantes con precios bastantes superiores a Petropar, con una diferencia de G. 2.500 por litro en el caso del gasoil común y G. 1.800 en el caso de la nafta de 93 octanos (ver infografía). La petrolera pública ya estaba vendiendo esos combustibles G. 1.000 y G. 800 más baratos, respectivamente, renunciando a sus ganancias y dejando de aportar recursos al Tesoro.
Además, a la empresa pública le autorizaron por ley la venta de estos carburantes comunes por debajo de sus costos a los consumidores finales, y que la diferencia será subsidiada por el Estado. Esto para las compras que realizará la firma desde abril.
Esta subvención a la petrolera pública podrá tener una duración máxima de tres meses y le podría significar una erogación de U$S 60 millones al Estado. Si bien Hacienda afirma que esto se cubrirá con el impuesto selectivo del rubro (ISC), en la ley se abre la posibilidad de utilizar otros recursos.