Cargando...
Adiestradores hay muchos, gracias a que existe una gran demanda, luego de que más personas adoptaran perros durante la pandemia de coronavirus.
A modo de ejemplo, el centro de registro de mascotas de la asociación alemana Tasso recibió 465.000 inscripciones de perros en 2021, mientras que en 2020 fueron 433.600. A título comparativo: Tasso había registrado en 2019, el año previo a la pandemia, 402.000 nuevos perros en Alemania.
Los que quieren enseñar modales al nuevo integrante del hogar suelen recurrir a un adiestrador.
Sin embargo, los dueños de perros deben fijarse bien a la hora de elegir uno, ya que según la legislación de cada país los adiestradores caninos deben tener un permiso de la oficina veterinaria competente.
“Así, los dueños de los perros pueden al menos verificar que el entrenador haya recibido una formación adecuada”, dice Sarah Ross, experta en mascotas de la organización de bienestar animal germana Vier Pfoten.
La experta recomienda observar detalladamente las página web de los adiestradores. ¿Cuál es su enfoque educativo, cómo trabajan y cómo se formaron ellos?
Los vecinos de la zona también pueden recomendar buenos entrenadores. “Pregunte a otros dueños de mascotas que ya hayan adiestrado a sus perros”, aconseja Ross.
Elogios en vez de castigo
Según remarca la experta, los buenos entrenadores trabajan a través de un adiestramiento positivo, en ningún caso con castigos. Esto significa que la conducta deseada es premiada con golosinas para perros, elogios o caricias.
“Para un perro, un tirón de la correa ya es un castigo”, señala Ross. De acuerdo a la organización defensora de animales Peta, empujar de forma violenta al perro hacia abajo para que se eche es tabú, porque esa conducta estresa al perro, lo hace temeroso o incluso agresivo.
Los dueños de perros deberían alarmarse si en el adiestramiento aparecen ayudas como collares de ahorque sin tope, así como collares de púas, eléctricos o de espray. Duelen, pueden herir y a veces incluso están prohibidos.
Según Peta, un buen adiestrador también se reconoce porque no hace promesas de éxito antes de conocer al perro.
Los adiestradores de perros suelen ofrecer a menudo un entrenamiento grupal o individual.
“El grupo es bueno para los perros jóvenes o cuando deben aprender las órdenes básicas”, indica Sarah Ross. “El trabajo individual tiene sentido en casos de problemas especiales o cuando el dueño del perro se siente muy inseguro”, aclara. Lo importante es, según apunta, que el adiestrador explique y fundamente todo paso a paso.
Además, en un acuerdo se debería estipular que todos los integrantes de la familia son bienvenidos en el proceso de adiestramiento.
“Para los niños también es importante saber a qué órdenes reacciona el perro”, señala Ross.
Por último, pero no por ello menos importante, el entrenamiento no debe ser un trabajo duro que se estire por muchas horas. Los adiestradores experimentados siempre incluyen un descanso entremedio para que los perros olfateen y jueguen.