“La construcción de esta nueva fábrica para extracción de aceites de coco y otros productos, se viene desarrollando totalmente con capital paraguayo, estimamos que hasta el momento se han invertido unos 400.000 dólares en esta primera etapa, ya que nuestro objetivo es empezar a operar ya desde el 28 de febrero”, empezó diciendo el doctor Loup.
Mercado insatisfecho

A la consulta de qué los impulsó a crear esta fábrica el profesional dijo: “La industria cocotera ha retrocedido y existe un mercado insatisfecho, principalmente para productos no tradicionales que tenemos previsto desarrollar aprovechando la pulpa, el carozo, el pericarpio y la almendra; los cocoteros se están deforestando y hasta hoy no se está realizando un cultivo racional de forma de reforestar o recuperar nuevamente lo que se está extrayendo, sea para habilitación de campos y hasta urbanizaciones, no obstante creemos que se puede revertir y los productores pueden tener una oportunidad encarando el mbokaja como reforestación”.
“Creemos que solo en Villarrica ya en esta primera etapa estaremos llegando a casi 1.500 familias, estamos trabajando con comités de productores de la zona y más adelante queremos llegar a más distritos del departamento”, explicó Loup.
En lo económico para el productor, nuestro entrevistado dijo: “No existen cultivos establecidos de coco en el país, por tanto lo que el productor hará en principio es recolectar los frutos de las plantas existentes que ya tiene, y puede crecer más cultivando el mbokaja. La recolección de los frutos del coco arranca en diciembre y va hasta marzo, declinando hasta junio, prácticamente el productor puede cosechar un cajón de coco por cada planta y según está previsto se le pagaría unos G. 20.000 por caja”.
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G. 14 millones por hectárea
Como dato importante el doctor Loup dijo: “Si el productor se decide y hace el trabajo en forma seria, cultivando 725 plantas por hectárea (que es lo ideal), puede llegar a ganar hasta G. 14 millones en una sola hectárea. Esto sin contar lo que llamamos como kokue de 4 pisos, ya que entre los liños de cocotal, el productor puede plantar mandioca, maíz chipa, maíz pichingá, poroto, rubros de consumo y renta que le ayudarán a tener su producción agrícola todo el año, y así también de esta forma podrá lograr su seguridad alimentaria; el coco es un árbol perenne y muy rústico, por tanto el productor sabe que puede producirle muchos años sin mucho gasto”.