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El médico veterinario Diego Dacak explicó que para llevar a cabo el baño a un gato, deberás tener tacto y paciencia. Aunque a tu gato le guste el agua (no es común) cualquier movimiento brusco puede generarle estrés y miedo, esto complicaría la actividad sobre cómo bañarlo.
“Si los acostumbramos desde una edad temprana, los baños no serán estresantes para ellos y simplemente se convertirán en una parte normal de su vida, esto empezaría aproximadamente a los 60 o 90 días de vida” aseguró.
¿Con qué frecuencia debo bañar a mi gato?
La frecuencia de baño podría ser una vez al mes y los cepillados deben ser constantes para evitar la acumulación de pelo y porras que podrían llevar a problemas en la piel de la mascota.
¿Qué hacer cuando no está acostumbrado a bañarse?
Si el gato no está acostumbrado al baño es mejor no exponer a la mascota al estrés que este generaría a no ser de que se trate de una recomendación del médico veterinario por algún problema en particular.
Los gatos de pelo largo, requieren más atención que los gatos de pelo corto ya que hay que tener más cuidado al enjabonarlos para no formar nudos en su pelaje.
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Recomendaciones a la hora del baño
- Podés usar la bañera, o un recipiente que se ajuste a su tamaño.
- Es conveniente que coloques una alfombra en la superficie para evitar que tu gato se resbale con las uñas. Sus patitas y los recipientes resbalosos o incluso la bañera puede ser un gran obstáculo para el baño.
- Recomendamos las alfombras de baño que podés encontrar en las tiendas de mascotas o incluso en tiendas para el hogar.
- Procurá utilizar agua tibia (a unos 30 grados), así tu gato no pasará frío y disfrutará del agua para su piel y del baño.
- Utilizá un shampoo específico para felinos. Éste último punto es muy importante, porque los shampoos para humanos, aunque sean neutros, no respetan el PH de la piel de los gatos.
- Durante el baño, evitá el contacto del agua con sus orejas y ojos. De esta manera se disminuye el riesgo de que nuestro amigo gato desarrolle infecciones a futuro. Además, ayuda a que el mismo se sienta cómodo y más tranquilo.
- Una vez finalizada la tarea debe ser secado con una toalla con mucho mimo y cuidado. Si es invierno o el ambiente está fresco podés utilizar un secador para acelerar el secado, aunque el ruido que produce suele generarles inquietud y ansiedad, entonces podes probar con un secador silencioso, dejá que lo toque para que se familiarice con él.
- Cuando hayas conseguido que esté totalmente seco y tranquilo, podés darle un último cepillado para que su pelaje resulte brillante y uniforme.