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Una de las “turborrotondas” habilitadas en el corredor vial Botánico podría representar una “trampa mortal” para muchos motociclistas y automovilistas que no respetan la señal de “ceda el paso” pintada sobre el asfalto. La falta de señales de tránsito en la zona también colabora para un futuro “turboaccidente”, según reportó el periodista Luis López.
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En un recorrido por el lugar se observó cómo las personas, utilizando la ley “del más fuerte” y del prepotente, todavía pretenden salirse con la suya.
Los automovilistas mencionaron también que el tránsito se vuelve lento debido a que unos metros del lugar hay un semáforo. El MOPC había anunciado que lo iba a retirar, pero hasta el momento sigue funcionando.
Llamó la atención la ausencia de oficiales de la Policía de Tránsito, que puedan guiar a los conductores o carteles de señalización por lo menos los primeros días, para ir orientando, ya que, lamentablemente, todavía se necesita pedir conciencia a las personas a la hora de conducir.
Vale la pena mencionar que el corredor vial Botánico, que forma parte del contrato de la segunda etapa de la Costanera Norte de Asunción, fue terminado a seis años de adjudicarse y con un sobrecosto de US$ 10 millones.
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Los trabajos estuvieron a cargo del Consorcio D-R Costanera, integrado por Benito Roggio e Hijos SA y CDD Construcciones (César Delgado), y el monto original del contrato era por G. 361.575 millones.
De acuerdo a los datos, el precio registró un aumento de G. 68.027 millones (US$ 10 millones al cambio actual), por lo que la obra finalmente costó G. 429.602 millones. Cuatro adendas permitieron estos incrementos, tanto durante la administración del extitular del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) Ramón Jiménez Gaona como del actual ministro, Arnoldo Wiens.