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Con estos elementos se refuerza la hipótesis de los agentes, de que efectivamente uno de sus allegados –que en la noche antes y parte de la madrugada estaba compartiendo con él una fiesta en su casa– lo traicionó.
Evidentemente, los sicarios que atacaron la propiedad fortificada de Chicharõ conocían perfectamente a qué hora llegaba la empleada y los sitios donde a esa hora debían estar sus tres guardias civiles. Es más, los atacantes habrían escogido ese horario de las 06:40 porque manejaban el dato de que los resguardos policiales con que contaba la víctima, por orden judicial, llegaban al lugar a las 08:00 y se retiraban a las 20:00, según explicaron.
La propiedad donde el capo se había refugiado en los últimos tiempos esta situada en la esquina de las calles Aquidabán y Mariscal López del barrio Mariscal Estigarribia de la capital del Amambay, tiene una muralla de unos 3 metros y medio de alto, más un cerco electrificado, la puerta de ingreso cuenta con reja y doble blindaje con plancha de acero. Igualmente, la entrada de vehículo cuenta con dos portones basculantes a prueba de balas con un espacio de 20 metros entre uno y otro.
Todo ese lugar está rodeado de una cámaras de circuito cerrado que operan las 24 horas, es por ello que los matones reventaron a tiros una de las memorias del sistema que encontraron el patio. Sin embargo, quedó otra copia, que estaba guardada en uno de los placares, la misma fue recogida por agentes del Criminalística y entregada al fiscal del caso, según informaron.
Conforme a los investigadores, a comienzos del 2019 Chicharõ se vio involucrado en una sangrienta guerra entre facciones mafiosas en su ciudad natal, Capitán Bado, contra los miembros de la familia Ruiz Díaz, a raíz de un problema que estos tuvieron con un cartel boliviano.
Según las fuentes, el primero en atacar fue Chicharõ y ordenó las muerte de los hermanos Martimiano (51) y Calixto Ruiz Díaz Arévalos (50) en la tarde del viernes 15 de noviembre de ese año. Pero 42 días después de la muerte de los hermanos, Chicharõ sufrió el primer atentado a tiros en la conocida como Cantera Cue, de la localidad de Piray del distrito de Capitán Bado.
Esa vez el presunto narco y político colorado logró escapar gracias al blindaje de su camioneta y se ocultó en un monte hasta que fue rescatado por un grupo de policías. Esta vez el hombre fuerte de Capitán Bado ya no tuvo tanta suerte y lo liquidaron con 50 tiros de fusil, en el interior de su casa en Pedro Juan Caballero.