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-El uso del cannabis nos viene de antiguo...
-El cannabis tiene 17 menciones entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, en la Biblia. Los chinos ya lo usaban, hay referencias en pueblos del Himalaya de hace 15 mil años. El cannabis nos acompañó a lo largo de nuestra historia, por cuestiones rituales, medicinales, de recreación. Podemos referirnos a un hombre que es clave en nuestra cultura: Jesucristo. La mayoría de sus milagros fueron resultado del cannabis, a través del llamado aceite de unción. Se menciona el milagro de devolver la vista a un ciego, hace 2.221 años. ¿Cómo lograba que un ciego leocomatoso, con hipertensión endocular, pudiera recuperar la visión? ¿Cómo hacía caminar a los paralíticos, resultado de artritis, fibromialgia, esclerosis múltiple? Se utilizaba aceite de unción, elaborado con cannabis. Es un milagro para una persona ciega. Y la medicina adecuada era el cannabis. Aceite de cannabis al que se agrega mirra y canela que hasta hoy preparamos.
-Pero ahora vivimos con un estigma en torno al uso del cannabis.
-Hace unos meses, Naciones Unidas por fin lo sacó de la lista de productos peligrosos. Esto sucedió el 1 de diciembre de 2020, en la Convención de España. El cannabis estaba entre la heroína y el opio, en el nivel 4 de peligrosidad. La cocaína está en nivel 3. Una locura. No existe en toda la historia de la humanidad un solo muerto por culpa del cannabis. Muy diferente la situación de las drogas sintéticas, la cocaína, el crack, el LSD. ¿Cómo actúa el cannabis en el organismo? El cannabis tiene lugares donde interviene. Se parte de la situación basal. Es el elemento que produce anandamida, mediador químico que descubrieron científicos israelitas en los años ’90. Los únicos que proveen anandamida en forma natural son el cacao y el cannabis, por eso mejoran el ánimo, el humor. Tienen efecto cannábico. La anandamida es el mejor inmunorregulador que se conoce. Todas las enfermedades autoinmunes se originan en el desequilibrio inmunológico. Y todas ellas mejoran con el cannabis porque equilibra lo que se llama la omeostasis. El que tiene omeostasis correcta está sano. Si falla el sistema inmune, se te viene encima cualquier enfermedad. Cuando se consume en la forma que uno pretende, te saca de tu estado basal y te lleva al confort.
-¿Cuanto tiempo se manifiesta en el metabolismo?
-El cannabis que se consume se encuentra en los receptores centrales y periféricos por 45 a 60 días. No puede producir corte porque no hay abstinencia. El cuerpo no va a pedir mañana porque sigue dentro del organismo. Los expertos israelitas describieron el sistema endocanabinoide, que es equivalente al sistema tiroideo, hipofisiario, suprarrenal, que es lo que nos hace seres humanos. El sistema endocanabinoide tiene receptores. El cannabis permanece dentro del organismo. Mencionemos en contrapartida el crack y otras drogas sintéticas, tienen efectos de corto plazo. En el caso del crack no dura una hora, por eso aquellos consumidores de este producto lo necesitan cada vez en plazos más cortos. Para conseguir otra dosis son capaces de hacer lo que sea para comprar. La abstinencia es lo peor que hay con este tipo de drogas, lleva a un pozo terrible. Lo mismo sucede con la abstinencia al alcohol. Esto no sucede con el cannabis. Desde el momento en que se consume ya se tiene 45–60 días en el organismo.
-Una creencia común es que el cannabis es un estupefaciente.
-Esto es falso. El cannabis no es un estupefaciente. No puede ser catalogado de esta forma: para ser estupefaciente debe reunir una serie de requisitos: dosis tóxica, dosis mortal y adicción. Aquí no se tiene ninguna de ellas. No tiene dosis tóxica porque no se metaboliza en el hígado, no afecta el tronco cerebral. El cannabis no tiene receptores en el tronco encefálico, no tiene dónde actuar. Desde el punto de vista clínico no es un estupefaciente. Al consumir cannabis no se necesita repetir la dosis ese mismo día porque el organismo lo retiene por períodos de tiempo. Esto no sucede con una persona que está bajo los efectos de la cocaína, el crack o el alcohol, que puede volverse violento en extremo cuando le falta su dosis.
-La proscripción del cannabis fue una cuestión política.
-La decisión que se tomó en la Convención de Viena de incluir el cannabis entre los estupefacientes fue una cuestión claramente comercial antes que científica. La administración de Richard Nixon puso el cannabis entre la heroína y el opio, mientras que la cocaína un nivel más bajo. Fue una decisión arbitraria e irracional. Hoy, las Naciones Unidas aceptan su eficacia en 92 enfermedades. Los expertos israelitas tienen 701 enfermedades donde el cannabis tiene un efecto positivo para el organismo. Naciones Unidas reconoce que el cannabis tiene un impacto favorable en el tratamiento de dolencias diversas.
-El informe de Naciones Unidas parece que no llegó al Paraguay o posiblemente se cajoneó.
-La Ley 1.340 es excesivamente dura. Se puede matar a un tipo y el responsable tiene 5 o 6 años de cárcel. Se puede violar a una menor y apenas 7 años de cárcel. En cambio, la posesión de una planta puede conducir a 5 años de prisión, una sola planta. Como anécdota quiero mencionar a Juan Gallargo, quien fue fiscal Antidrogas. Tuvo 25 fracturas en las extremidades. Con el doctor Iván Cattebeke hicimos un tratamiento cannábico. Los traumatólogos no podían entender una recuperación tan rápida.
-Detrás de la marihuana hay muchos intereses.
-La marihuana es un yuyo, es como la yerba lucero o cualquier otra planta medicinal. El tema es que detrás de la marihuana hay muchos intereses de orden industrial y luego tenemos el mayor interesado en el tema: la “farmafia”. No hay que olvidar que los laboratorios farmacéuticos manejan más dinero que cualquier otra industria a nivel planetario. Si el uso del cannabis llega a oficializarse, el 60 por ciento de los medicamentos van a desaparecer de la faz de la tierra. Se va a liquidar la industria farmacológica. Y para colmo, el cannabis es un producto que no se puede registrar ni patentar. Fíjate que una ampolla de morfina cuesta 3.500 guaraníes, mejor ni hablemos del Atracorium que nos está por volver locos con el precio que tiene ¿Por qué no usan el cannabis en lugar de toda la mierda que termina matando? El paracetamol es lo más tóxico que hay. Ibuprofeno. Diclofenac. Son todos productos tóxicos. Ketorolac es dañino para el riñón, hígado y el cerebro ¿Por qué no se usa el cannabis? Y esto sucede porque nadie va a ganar.
-Somos cuarto productor mundial, pero... ¿conocemos al cannabis?
-Entramos en otro tema. Primero, en Paraguay no existe la universidad. Se tiene como “marcante” el nombre de universidad. Tenemos escuelas de formación de mandos medios, que es muy diferente a una universidad. No se cumple con los postulados de lo que debe ser una universidad. No existe una sola universidad en todo el Paraguay, de nombre sí, pero de hecho no. ¿Por qué digo? Todas las pautas científicas tienen que salir de una universidad. Hay una frase repetida hasta el hartazgo para justificar la inoperancia: somos pobres por eso no investigamos. Es totalmente lo contrario: somos pobres porque no investigamos.
-Con ese criterio, Paraguay vive en el oscurantismo.
-¡Pero por supuesto! ¡Aquí el oscurantismo es total! No puede ser que no se puedan estudiar los principios activos de un yuyo como es el cannabis, siendo cuarto productor mundial. Paraguay está atrasado por lo menos 100 años en comparación con un país medianamente estructurado. ¡Paraguay no existe!
-Tenemos 15 mil familias campesinas viviendo del cannabis y no sabemos nada de la genética de una hierba que se desarrolla en nuestro suelo.
-En un quinquenio de gobierno se puede sacar al Paraguay de la pobreza. Se tiene que utilizar el cannabis para cambiar nuestra historia. Y junto con el cannabis el cáñamo.
-¿Cómo se involucró en el tema cannabis…?
-En el año 2008 me involucré gracias a unos médicos franceses. El hermano de un asistente mío en la facultad tenía un tumor cerebral muy avanzado. Se va a Estados Unidos, no hay nada qué hacer; se va a Inglaterra, la misma respuesta; se va a Francia y le dicen: “Mire, en Paraguay tienen las cepas más puras y efectivas del cannabis a nivel mundial. Tienen que darle la resina del cannabis como tratamiento”. Cuando le hablan de marihuana mi asistente entra en pánico, pero comenzamos gestiones. Se logra traer de Capitán Bado la cepa que pedían los franceses. Se le entregaron las flores de cannabis a un bioquímico. Se comprometió a preparar poniendo como condición que no se repita ni siquiera la inicial de su nombre. Era un oriental el que extrajo la resina y lo hizo en su casa por miedo. El muchacho vivió dignamente unos años más enfrentando su tumor cerebral y murió también con dignidad. Allí comencé a investigar al cannabis. Y sigo trabajando con mayor entusiasmo en el mismo tema.
- ¿Tiene relacionamiento con Mamá Cultiva?
-De casualidad llegué a conocer a Cynthia Farina. A su hija le cambió la vida el cannabis. En una oportunidad me dice: “Prefiero mil veces estar en el Buen Pastor por usar cannabis, pero a cambio verle a mi hija sana”. La nenita tenía tres o cuatro convulsiones por día. Ahora tiene uno en forma esporádica. Hoy es otra persona. Allí creamos lo que se llama Mamá Cultiva. Yo comencé a estudiar las cepas, los tipos, los serotipos. Me metí de lleno en el estudio.
-No se limitó a investigar, también trabajó en cambiar las leyes relacionadas al cannabis.
-Entramos en contacto con un grupo de parlamentarios. Estaban trabajando en reemplazar o modificar la Ley 1.340. Nos invitan para ir al Parlamento. Se realiza una audiencia pública. Se llenó el auditorio. Y allí aparecen la Asociación de Artríticos, de Fibromialgia, de Autistas, de Parkinson, de Epilépticos. Estaban todos. Los parlamentarios escuchan y quedan sorprendidos por los testimonios de la gente. Ellos tenían como proyecto aumentar las penas sobre la marihuana. Víctor Ríos reconoció su ignorancia sobre el tema y llegó a pedir disculpas. Allí empezamos a tratar el tema de la modificación de la ley. Logramos la promulgación de la Ley 6.007. No es una ley perfecta, pero se logró establecer un nuevo marco jurídico para el país, a favor del cannabis.
-Es una ley que no pasa de letra muerta…
-No se cumple un carajo esa ley. Se contempló en la ley la concesión a cinco laboratorios para la producción del cannabis medicinal. Al final, con el argumento de que está prohibido el monopolio, se amplió a 12 concesiones, pero ninguno hace algo. Y aquí tenemos a Granja Madre, de Juan Cabezudo, elaborando y regalando aceite a personas de escasos recurso. Está cumpliendo una función que en realidad compete al Estado. Y está preso.