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Munidos de tapabocas y cumpliendo con el previo lavado de manos, los niños reciben refuerzo de matemáticas, castellano, ciencias naturales y otras materias en un pequeño galpón hecho de madera, chapas y bolsas de plástico, que en días de lluvia se vuelve inutilizable.
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“Hace diez días empezó esta escuelita, con la pregunta de una licenciada que me dijo por qué no doy clases de apoyo escolar. Empezamos a compartir la información por las redes sociales, no pensé que iba a surgir pero hoy es una realidad. Es una comunidad pequeña, con muchas necesidades: tenemos piso de arena, techo de chapas, una pizarra que pintamos con los vecinos. Lo que tenemos es mediante las donaciones”, relató el profesor Édgar Villalba.
Explicó que las clases son de lunes a lunes en horarios de mañana y tarde. Cuentan con el apoyo de jóvenes voluntarios de séptimo y octavo grados y del primer año de la Media, quienes colaboran con las tareas de los niños que asisten a las clases.
“Tenemos grupos de diez alumnos para no aglomerarnos; en total son 30 niños. Comenzamos con prejardín hasta noveno grado. También los chicos que tienen muchas tareas vienen los fines de semana. Lo hacemos a puro pulmón y de corazón”, afirmó.
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Sin rubro
Villalba es un docente sin rubro actualmente. “Me recibí en el 2019, soy profesor de guaraní, orgulloso de pertenecer al Ateneo de Santísima Trinidad. Estoy en espera de mi título para presentar en el MEC y poder tener mi sueldo”, señaló.
Consultado sobre a qué se dedica actualmente, dijo: “Me dedico al reciclado. Con mucho orgullo digo, porque luché tres años con mucho esfuerzo para poder terminar mis estudios”.
Necesidades sin fin
En cuanto a lo que están necesitando actualmente para poder brindar una mejor atención a los niños, señaló: “Necesitamos muchas cosas. Principalmente el techo, que es prioridad, porque cuando llueve ya no podemos dar clases. Buscamos los medios, la pizarra es improvisada, pero eso no nos debilita para seguir con esta lucha”.
“Podrían ayudarnos con útiles escolares, como cuadernos, lápices de papel, lápices de colores, bolígrafos y también insumos para la desinfección como alcohol en gel. Tenemos lavado de manos y nos encargamos de la desinfección de las manos y los pupitres de los niños”, indicó.
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“Somos una comunidad olvidada por el Gobierno. Me siento orgulloso como docente, sin sueldo pero con vocación para servir a mi comunidad”, sostuvo.
Ante la consulta de cómo se organizan para contactar con los alumnos, dijo: “Hablamos con los padres, preguntando si es que quieren que vengan sus hijos, teniendo en cuenta que la pandemia está grave. Ellos traen la tarea que les dan en la escuela y luego hacemos una retroalimentación”.
En caso de que existan personas que quieran contactar con la escuelita de refuerzos, el número de teléfono de Villalba es el (0971) 355-590.