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El 28 de diciembre último, el exsenador Óscar González Daher y Raúl Fernández Lippmann fueron condenados a 2 años de prisión y Carmelo Caballero a 1 año y 8 meses, pero con suspensión condicional de la condena. El colegiado también resolvió absolver al exsenador Jorge Oviedo Matto, acusado por tráfico de influencias.
La Fiscalía había anunciado que apelaría la decisión, lo cual hizo este martes, informó Carlos Ortega, periodista de ABC. En el resumen de la apelación, los agentes del Ministerio Público hacen un desglose las pruebas que no fueron valoradas o tenidas en cuenta por los jueces. Por ello, pidieron un nuevo juicio oral para los implicados.
En el texto se enumeran las razones de la apelación, que se centran en el haber ignorado las declaraciones de la periodista de ABC Mabel Rehnfeldt y de algunos cruces de llamadas entre los implicados en los audios, ya que estos materiales no sirvieron como prueba judicial, aunque sí la Fiscalía consideró que probó los hechos con estos registros de contactos telefónicos entre los implicados.
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El tribunal estaba compuesto por Juan Carlos Zárate, Héctor Capurro y María Fernanda García. Zárate (presidente) por poco no defendió a González Daher cuando leyó la sentencia y culpó a la Fiscalía de no aportar las pruebas necesarias para sostener la acusación contra el exlegislador, que fue pillado negociando impunidad o condenas desde su cargo en el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados.
Ahora, González Daher debe afrontar un juicio por enriquecimiento ilícito, declaración falsa y lavado de dinero, junto con su hijo Óscar Rubén González Chaves. Sin embargo, el proceso está pospuesto porque ambos están internados tras haberse contagiado con coronavirus.
En ese caso, a González Daher se lo acusa de un supuesto enriquecimiento ilícito por G. 6.000 millones, pero llamativamente a Óscar Rubén González Chaves —concejal luqueño— le acusan por un monto de G. 51.000 millones más unos US$ 82.000. Según la investigación, la mayoría de las cuentas bancarias del edil no están en su declaración jurada ante la Contraloría General.
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El “caso audios” fue emblemático porque confirmaba lo que toda la sociedad siempre sospechó y conoció, pero nunca tuvo la oportunidad de evidenciar de la forma cómo se hizo, a tal punto que González Daher fue expulsado del Senado en vísperas de unas internas partidarias y luego se vio obligado a renunciar como senador durante el actual periodo legislativo.
El Tribunal de Sentencia, por mayoría, comprobó la existencia del tráfico de influencias, pero le dio una condena casi simbólica de 2 años de prisión, que no implicará pena privativa de libertad porque tiene suspensión.
Puede leer la apelación completa aquí.