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Según el informe de Fitch, la calificación de Paraguay refleja su historial de políticas macroeconómicas prudentes y consistentes. También menciona que el nivel de deuda es todavía relativamente bajo, a pesar de un fuerte aumento en 2020 y una tendencia ascendente proyectada. No obstante, esta calificación está limitada principalmente por factores estructurales que incluyen indicadores de gobernabilidad débiles y un mercado de capitales local poco profundo.
Señalan además que Paraguay tiene un largo historial de política fiscal prudente que ha generado bajos déficits (o superávits) durante la última década y ha ayudado a mantener la carga de la deuda relativamente baja. Sin embargo, con la ley de responsabilidad fiscal suspendida hasta 2024, la credibilidad fiscal podría verse afectada si no se detalla un plan de ajuste fiscal claro, advierte Fitch.
Para abordar esto, la calificadora sugiere que el gobierno esboce un plan de ajuste en su marco fiscal de mediano plazo. Detallan que el Gobierno se ha comprometido a enviar un proyecto de ley para actualizar la ley de responsabilidad fiscal, posiblemente agregando un ancla de techo de deuda (35% -40% del PIB) y bajando el tope del aumento de los gastos corrientes al 2%.
La citada calificadora estima que el PIB real de Paraguay se contraerá 1,1% en 2020 como resultado de las medidas de bloqueo impuestas para combatir la pandemia del coronavirus, y será una de las contracciones económicas más suaves en América Latina. Este menor impacto se debe a un fuerte repunte de la producción de soja y carne en 2020. En lo que respecta al 2021, Fitch espera que el crecimiento alcance el 3,5%, con un fuerte repunte en servicios y comercio. Los esfuerzos del gobierno para mejorar el entorno empresarial e invertir en infraestructura pueden respaldar un mayor crecimiento a mediano plazo, pero la volatilidad podría regresar si se repiten los choques, según refieren los técnicos.
Según Fitch, los factores que podrían, individual o colectivamente conducir a una acción / mejora de calificación positiva son por ejemplo, una mejora sostenida en los indicadores de gobernabilidad, combate de la corrupción y fortaleza de las instituciones públicas; mejora en la generación de ingresos y desarrollo del mercado de capitales local que fortalece la flexibilidad fiscal y un mayor crecimiento económico (en el contexto de estabilidad macro) .
En cuanto a los factores que podrían, individual o colectivamente, llevar a una acción de calificación negativa o rebaja son un deterioro percibido en la formulación de políticas macroeconómicas: como la imposibilidad de lograr la consolidación fiscal que conduce a una carga de deuda en constante crecimiento y al deterioro de la credibilidad de la política fiscal de Paraguay, un deterioro sostenido de las perspectivas económicas y las cuentas externas del país, por ejemplo, debido a una caída en los precios de las materias primas o condiciones de sequía más frecuentes.
De esta forma, las tres calificadoras de riesgos más importantes Fitch, Moody’s y Standard & Poor’s, coinciden en mantener la calificación crediticia del Paraguay y su perspectiva estable. Asimismo, dos de ellas posicionan a nuestro país a un escalón del grado de inversión. Este logro se obtiene en un escenario marcado con las peores crisis económicas de la historia mundial, generada por el Covid-19, y las medidas de confinamiento adoptadas por los distintos Gobiernos, destacó Hacienda en un comunicado.