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El empresario, autor del libro “Organización y procesos”, lanzado en su sexta edición en este mes de junio, dijo que la reforma es esencial para establecer los lineamientos y aspectos que se van a encarar desde el punto de vista técnico, dotando de una estructura al esquema público, que actualmente no tenemos.
“No hay un procedimiento de modificación de estructuras. Por ejemplo, cuando en una institución se quiere crear un cargo, se crea nomás, ya sea por un favor político o el motivo que sea, y por lo general no hay un lineamiento unificado a seguir para estos casos”, precisó el directivo de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Lambaré.
Precisó además que la falta de una estructura organizacional le resta un poco de formalidad, eficacia e inclusión de nuevos funcionarios al plantel de funcionarios públicos a las áreas en que se requiere de ellos.
El empresario alentó a que este plan de reforma pueda darse siguiendo los lineamiento adecuados.
Algunas debilidades observadas por el profesional en el análisis estructural de “O y P” son, por ejemplo, que las instituciones públicas se superponen en sus roles; es decir, 2 o más instituciones cumplen roles similares, pudiendo consolidarse dichas instituciones en una sola, o inclusive desaparecer por completo, redistribuyendo sus funciones a otras instituciones ya existentes.
También hay instituciones públicas sobredimensionadas, es decir que tienen superpoblación de niveles jerárquicos (Direcciones Generales, Direcciones, Gerencias, Coordinaciones, departamentos, divisiones, secciones, etc.), áreas, cargos y funcionarios.
También hay cargos o roles que bien pueden suprimirse o fusionarse con otros, redistribuyendo las tareas que los funcionarios cumplen. Por otra parte, hay perfiles de funcionarios inadecuados y procesos desactualizados, es decir los que realizan tareas fuera de lo establecido en los manuales, porque estos no se han adecuado a los nuevos tiempos y se han vuelto lentos e inefectivos.
El empresario sostiene que la misión será dura pero factible, siempre que se inicie con total determinación, con avances y retrocesos seguramente, pero sin detenernos, teniendo como único norte la optimización del aparato estatal.
“Todo pasa por la voluntad política. Si no hay voluntad política y determinación de las autoridades para hacer estos cambios, de nada va a servir armar sistemas de reingeniería o rediseños de estructuras”, dijo finalmente Yambay.
Cabe señalar que el Poder Ejecutivo está socializando el proyecto de reforma estatal con diferentes gremios e instituciones a fin de presentar un plan en los próximos meses. La reforma estatal incluye cambios en la Ley de la Función Pública, sistema de compras, entre otros. El plan es duramente cuestionado por los sindicatos de las diferentes instituciones públicas que piden postergar el estudio y tratamiento de estas reformas, alegando la situación crítica económica actual por la pandemia.