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Un estudio de la Universidad de Oxford mostró alentadores resultados en el uso de la dexametasona como una droga para ayudar a evitar las muertes por coronavirus. Sin embargo, el presidente de la Sociedad Paraguaya de Neumología explicó que ningún medicamento previene la enfermedad.
En este caso, el estudio no se publicó aún y Fusillo añadió que la dexametasona “no es un medicamento que cura, sino que evita que muera uno de cada ocho pacientes” y que su consumo sin supervisión médica o como supuesto método preventivo sería no solo inútil, sino que podría potenciar enfermedades de base y generar otras.
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“Puede ser riesgoso que la gente lo consuma sin prescripción médica (…) Puede que suba el azúcar, la presión, que haya alteraciones en la defensa y que eso predisponga a otros bichos que están expectantes para causar otras enfermedades”, dijo Fusillo. “No hay un medicamento que mate el virus y elimine la enfermedad”, insistió.
El médico dijo que el medicamento tiene corticoides y que eso puede causar diferentes efectos. “Es un medicamento de amplio uso en el país, pero solamente demostró utilidad en pacientes internados (…) Nos da esperanza porque es conocido, pero aún estamos con un poco de cautela”, concluyó.
Dexametasona
La Universidad de Oxford publicó el pasado martes, en el marco del programa de ensayos conocido como Recovery, un avance médico en el que se indica que la dexametasona (esteroide) redujo en hasta un tercio la mortalidad de pacientes intubados con respiradores y en un quinto la de los que necesitaron oxígeno.
La dexametasona se utiliza desde la década de 1960 para reducir la inflamación en diversas enfermedades, incluyendo a pacientes con cáncer, y desde 1977 se encuentra en la lista de medicinas esenciales de la OMS, por lo que no está sujeta a patente y está disponible con facilidad en todo el mundo.
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Este es el primer fármaco que se muestra capaz de reducir la mortalidad en pacientes con COVID-19 que requieren oxígeno o ventilación. Es un viejo conocido del mundo del deporte, al tratarse de una sustancia prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), y fue el origen de numerosas infracciones.
La AMA, que divide las sustancias y métodos de dopaje entre los “prohibidos siempre”, los “prohibidos en competición” y los “prohibidos en ciertos deportes”, incluye la dexametasona en el segundo de esos grupos.
No se puede consumir en periodo de competición estimulantes (anfetaminas, cocaína), narcóticos (morfina, metadona), canabinoides (marihuana) ni glucocorticoides, entre los que la AMA menciona expresamente la dexametasona, cortisona o hidrocortisona.