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Esta mañana se llevó a cabo el Tedeum en honor a las fiestas patrias por la Independencia Nacional, que se conmemora cada 14 y 15 de mayo. El acto estuvo presidido por el arzobispo de Asunción, Mons. Edmundo Valenzuela, acompañado de un representante del Papa, Mons. Renato Kucic, y el vicario Víctor Giménez. Frente al arzobispo participaron el pastor evangélico Santiago Maldonado y una representante de la Iglesia ortodoxa, Marina Golabyna.
En un primer momento, arzobispo Edmundo Valenzuela agradeció por los 209 años de vida libre, soberana e independiente de la República del Paraguay, para luego abordar los aspectos de la pandemia de COVID-19 que azota actualmente al mundo.
Durante su discurso, habló de la necesidad de la reforma del Estado, que apunta a recortar gastos superfluos para una mejor distribución del dinero público. “Qué bueno sería que los políticos y patriotas asuman la urgente reforma del Estado, que debe ser orientada bajo la luz de la verdad, cuyo fin debe ser la justicia y su fuerza motivadora, el amor a Dios y al prójimo, bajo la base sólida de la Constitución Nacional y el Estado de derecho que debe velar por la distribución justa y equitativa de los bienes públicos. Es un clamor histórico que se supere el populismo que se va imponiendo (...) Tiende a amar a los pobres, pero por eso mismo los multiplica”, aseveró.
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También pidió a la ciudadanía cuidar de la ecología, evitando el uso indiscriminado de elementos químicos que destruyen la Tierra. “Controlemos la deforestación y la destrucción de cauces originales hídricos. La macroagricultura y ganadería exige mayor distribución de los bienes adquiridos o en tributos en función de la promoción de la agricultura familiar o no exclusiva. Debemos volver a la República, a la democracia, a la libertad, a la vigencia de la Constitución Nacional”, indicó.
No obstante, apuntó que esta situación está convirtiendo al Estado en totalitario y señaló que esto amenaza a la libertad de los hijos de Dios. “Agradecemos a todos los que de una manera u otra están colaborando por la salud, en especial el personal de blanco. La situación de pandemia nos llevó a perder la libertad, don precioso de Dios. Nos estamos sometiendo, sin embargo, por miedo, a un sistema totalitario, donde el Estado emerge como el poseedor de la verdad y de la vida, de la seguridad y de la salud. Mientras tanto, el virus nos desestabilizó social, económica, culturalmente y hasta amenaza con silenciar la vida religiosa”, expresó.
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Asimismo, dio cifras de lo que representa la pandemia a nivel mundial y agradeció que en el país todavía se encuentre bajo control. “Felizmente, en Paraguay somos bendecidos por el escaso número de infectados y de muertes. Es debido al temple guaraní, por su obediencia y prevención, y felicitamos la creatividad que el pueblo sencillo ha demostrado, desde su pobreza, compartiendo confecciones de tapabocas, entregándolos gratuitamente al personal de blanco”, puntualizó.
Luchar contra la corrupción y la impunidad
“Superemos la codicia y juntos eliminemos la corrupción y la impunidad. Nuestro futuro es regresar cuanto antes a la vida normal, pero con una mentalidad nueva, más solidaria con los últimos y los pobres, más coherentes en el respeto de la justicia y cero impunidad ante los que se aprovechan de los bienes y de los recursos ricos del país… Volvamos cuanto antes a la democracia, a la vigencia efectiva de la Constitución Nacional, a las organizaciones sociales, culturales, religiosas, libres de imposiciones foráneas”, añadió.
“Salgamos ya de la emergencia educativa”
En cuanto a la educación, monseñor hizo un llamado a las principales instituciones del Estado, que deben encargarse de velar por la calidad y el acceso a ésta.
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“Consideren a la familia y la educación como la futura protagonista de un nuevo país. Salgamos ya de la emergencia educativa, que como un tsunami se viene arrastrando hasta hoy. Hagamos participar a las familias, quienes son los primeros educadores de sus hijos. Es urgente priorizar en todos sus niveles las instituciones educativas escolares, y universitarias por parte del MEC y del Cones dedicándose a lo pedagógico y, apenas puedan, institucionalmente, dejando para otros organismos estatales la construcción de aulas o la distribución de kits de alimentos”, manifestó.
Cabe recordar que la Arquidiócesis de la Santísima Asunción invitó a miembros de los tres poderes del Estado, embajadores, cuerpo de diplomáticos y autoridades de la Iglesia a participar del Tedeum.
Sin embargo, Julio Echagüe, director ceremonial de la Presidencia, confirmó que Mario Abdo Benítez rechazó la invitación y recomendó que la celebración religiosa del arzobispo Edmundo Valenzuela se realice con transmisión virtual para poder acompañarla. El mandatario nacional tomó esta determinación en el marco de la pandemia de COVID-19 y atendiendo el decreto que él mismo firmó sobre la necesidad de evitar actividades que signifiquen algún tipo de aglomeración.
En ese contexto, el Tedeum de igual manera se llevó a cabo con algunas personas presentes: en el interior de la Catedral de Asunción estuvieron cinco personas, las mencionados anteriormente, quienes participaron directamente y estaban a unos tres metros unas de otras, además de la presencia de aproximadamente 10 trabajadores de la prensa, entre periodistas, camarógrafos y fotógrafos, que ingresaron de acuerdo a un listado, informó el periodista de ABC, Aníbal Velázquez.