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El martes pasado se conoció que los periodistas Jorge Torres Romero y Juan Clari Arias, así como el diputado Carlos Rejala, fueron víctimas de ciberdelincuencia al existir un intento de robo de información de sus respectivos teléfonos celulares.
En el caso están imputadas tres personas: Luis Bordón, un experto en telecomunicaciones; Liz Carolina Centurión González y Fabián Martí, el supuesto autor intelectual del intento de robo de información. Todos ellos ya están arrestados e imputados por los presuntos delitos de acceso indebido a datos y uso indebido a través de redes, al igual que por asociación criminal.
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El comisario Cardozo explicó este viernes a ABC que el término correcto no es la clonación de las tarjetas sim (chips) de los teléfonos de los implicados, sino la reimpresión ilícita de este objeto que, finalmente, es lo que permite operar con los números a través de los teléfonos inteligentes.
El jefe de Antisecuestros dijo que lo que sucedió fue que, al hacerse la reimpresión de la tarjeta sim por parte de los presuntos ciberdelincuentes, los teléfonos de las tres víctimas quedaron sin señal. En ese momento, los implicados aprovecharon para extraer la información de las cuentas en las redes sociales y del WhatsApp de los afectados sin que estos se den cuenta o entiendan por qué el teléfono perdió señal.
“El lapso que tomaba entre que te des cuenta que te hicieron eso y vos denuncies es el tiempo en el que ellos ponían el chip reimpreso en otro teléfono y bajaban las aplicaciones. Lo único que necesitás es la oportunidad y tener el conocimiento de cómo se manejan los simcards”, dijo el comisario Cardozo.
¿Pero cómo se permitió la reimpresión de los chips sin la documentación debida? Según las investigaciones, era Liz Centurión la que se encargaba de este trámite. Para Cardozo, sin embargo, no se descarta que quienes hicieron esto a través de empresas tercerizadas estén también implicados en el esquema.
“No descartamos la complicidad de las personas; todos los que participaron de la reimpresión del simcard van a ser llamados para una indagatoria”, refirió el comisario Cardozo, quien hizo énfasis de que, en Asunción, por ejemplo, piden toda la documentación para hacer ese trámite, pero que esto no ocurre en área metropolitana o el interior del país.
Antecedentes
Los sospechosos acudieron a locales de compañías telefónicas para decir que perdieron sus chips y solicitar la recuperación, con el objetivo de descargar las aplicaciones de mensajería, restaurar los datos y así tener acceso a conversaciones privadas.
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La primera denuncia se hizo el pasado domingo 17 de abril por la noche, con respecto a que estaban pasando “cosas raras” en los teléfonos. Las primeras víctimas fueron el periodista Clari Arias y el diputado Carlos Rejala, quienes testificaron que se quedaron sin señal y al llamar a la compañía telefónica para reclamar les dijeron que ellos habían solicitado la reimpresión de los chips. En el caso de Arias le dijeron que se hizo el pedido de reimpresión en un local de San Lorenzo.
Cardozo había contado días atrás que la individualización de los involucrados se logró gracias a que se “cometieron errores” al solicitar la reimpresión del chip del periodista Jorge Torres, la última víctima en hacer la denuncia. Esos “errores” llevaron a la obtención de más datos y elementos materiales para identificar a los dos ahora aprehendidos.
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Según el comisario Cardozo, los que realizaron la duplicación de chips no pudieron acceder a los datos del diputado Carlos Rejala porque él tenía habilitado el segundo código de seguridad en caso de intento de hackeo. Sin embargo, cree que los datos de los periodistas Clari Arias y Jorge Torres sí podrían haber sido vulnerados.